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El Palacio de Linares, en Madrid, acogió este martes Entreps Awards, evento organizado por Joaquín Boston, fundador del Consejo Internacional de Empresarios y Emprendedores (Entreps), que durante dos jornadas convierte la sede de la Casa de América en punto de encuentro, debate e intercambio de información en torno al emprendimiento a nivel mundial. Coincidiendo con su quinto aniversario, EntrepsAwards ha convocado una gala en la que se premiarán aquellas iniciativas empresariales y emprendedoras más destacadas.
Las actividades se sucedieron durante la primera parte del evento, aunque fue la Sala Anfiteatro, con el periodista Fernando Jaúregui como presentador, la primera que arrancó con una mesa redonda en la que participaron Eduardo Nolla, rector de la Universidad Camilo José Cela; Eduardo Abadía, director general de la Asociación Española de Franquiciadores (AEF); Carlota Mateos, socia y CEO de Rusticae Internacional; Manuel Vescovi, presidente de Best Franchisee of the World; María Lafuente, diseñadora de moda; Borja Corominas, director general de Asuntos Europeos de la Comunidad de Madrid, y Aníbal de Castro, embajador de la República Dominicana.
El primero en tomar la palabra fue el rector Nolla, quien afirmó que la universidad debe formar ciudadanos, tras sugerir que detrás de todo ciudadano hay un empresario. En este contexto, como dato curioso, reportó que, en contra de lo que suele pensarse, el 30% de los directivos de las 500 grandes empresas estadounidenses se decantaron por estudiar la rama de Humanidades y no áreas vinculadas necesariamente a la economía.
Por su parte, Carlota Mateos, fundadora de Rusticae, detalló que aún queda mucho por hacer en cuanto a emprendimiento, y, a la pregunta de si existe una burbuja en el mundo emprendedor, respondió tajante: "No sé si hay burbuja, pero si la hay nos está viniendo muy bien para el cambio cultural emprendedor español".
A mediodía tuvo lugar un descanso en forma de networking, donde los asistentes tuvieron oportunidad de intercambiar opiniones, compartir contactos y hablar de negocios con el fin de que alguno de ellos salga a flote.
La periodista Ana Samboal dirigió la segunda mesa redonda de la mañana bajo el título “¿Empresarios líderes vs Empresarios jefes?”, en la que participaron Antonio Alonso, presidente de la Asociación Española de Escuelas de Negocio; Eduardo Salsamendi, presidente de la Asociación Española de Centros de Negocio; Sebastián Reyna, secretario general de Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos; Eduardo Abadía, director general de la Asociación Española de Franquiciadores; José Luis Perea, vicepresidente de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos, y Arturo de las Heras, presidente del portal del emprendedor TodoStartups.
En medio del debate, Abadía advirtió que no todos los emprendedores son empresarios, ni todos los empresarios son emprendedores. En su opinión, el emprendedor es necesariamente “creativo” y desarrollador de una estructura, mientras que el objetivo del empresario es consolidar esa misma estructura.
Arturo de las Heras, en su doble condición de director general de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), resaltó la importancia de la formación a la hora de emprender y precisó que hay que emprender cuando se tenga claro el qué. A su juicio, emprender por necesidad, obligación o presión “puede llevar a transformar lo que parece una solución en un nuevo problema”.
¿Cómo se convierte el emprendedor en empresario? La cuestión, para Salsamendi, se contesta en que la clave del éxito está en una idea y gestión brillante. "Hay grandes ideas que con mala gestión no llegan a ninguna parte”, y viceversa. Una empresa, agregó, “no es solamente una idea, sino que hace falta una buena gestión, cada uno debe saber cuáles son sus carencias y, si no se sabe hacer una buena gestión, debe delegar esta función".
Perea recomendó que hay que fomentar el emprendimiento desde la familia y afirmó que las administraciones deben poner una alfombra roja a los emprendedores. También explicó que en España tenemos una “mala cultura del fracaso emprendedor”, de lo que puso como ejemplo la marca de bebida "7up", el séptimo proyecto de un estadounidense que fracasó hasta seis veces antes.
