El gigante del ecommerce Amazon está en problemas en el Reino Unido. Y es que la compañía fundada por Jeff Bezos se enfrenta a una multa de unos 900 millones de libras, unos 1.034 millones de euros, al haber sido acusado de utilizar su posición dominante y favorecer la compra de sus propios productos en detrimentos de otros.
Se trata de una demanda colectiva iniciada por la defensora de los derechos del consumidor Julie Hunter en nombre de todos los consumidores británicos que realizaron sus compras en Amazon desde octubre de 2016.
Los encargados de representar a Hunter son los abogados del bufet Hausfeld que dijeron en declaraciones recogidas por Reuters que Amazon ha violado la ley de competencia al utilizar “un algoritmo secreto y autofavorable” para promocionar sus propios productos a través de la función “Buy Box” en su web.
En dicho espacio de Amazon, según los abogados, se favorece los productos vendidos por el propio Amazon o por minoristas que pagan a Amazon por manejar su logística, pero otros vendedores, independientemente de lo buenas o no que sean sus ofertas, quedan excluidos.
Por su parte, un portavoz de Amazon ha indicado que esta demanda “no tiene mérito” y confían en que se quedará claro a través del proceso legal.
Esta demanda contra Amazon se presentará ante el tribunal a finales de este mes, pero deberá ser certificada por el tribunal antes de que pueda proceder.
El caso contra Amazon se produce después de que el organismo de control antimonopolio de Reino Unido dijera que está investigando a Amazon por presuntas infracciones de la ley de competencia, incluida la forma en que selecciona qué productos se colocan en la función “Buy Box”, donde se recogen aquellos productos recomendados.
Amazon se niega a describir su sistema de búsqueda de productos a un regulador de competencia australiano que ha recibido quejas de grandes plataformas de mercado que dan preferencia a los productos internos.