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El escándalo de Uber Files sacude a todo el mundo

Responsable de Redes Sociales y redactora de TodoStartups

La presencia de Uber en las ciudades ya no se discute, aunque al principio tuvo, y sigue teniendo, protestas en el sector de los taxis, que sienten que su negocio se tiene que enfrentar a una competencia desleal. Y parece que va a seguir por ese camino, sobre todo tras desvelarse más de 124.000 documentos que se han filtrado revelando prácticas éticamente cuestionables que impulsaron la carrera de esta app.

Estos documentos incluyen correos electrónicos y conversaciones que han revelado el carácter agresivo e incluso ilegal de Uber durante el periodo comprendido entre 2013 y 2017.

La filtración, que ha sido publicada por The Guardian, abarca un momento en el que su cofundador, Travis Kalanick, trató de forzar el servicio de taxis en ciudades de todo el mundo, incluso si eso significaba violar las leyes y las normas de los taxis. Incluye más de 83.000 correos electrónicos, iMessages y mensajes de WhatsApp, incluyendo conversaciones entre Kalanick y su equipo de ejecutivos principales sin ningún tipo de pelo en la lengua.

Su llegada a muchas ciudades provocó numerosas manifestaciones del sector del taxi y durante ese momento, los documentos filtrados exponen que Uber había estado cortejando a primeros ministros, presidentes, multimillonarios, oligarcas y magnates de los medios.

Después de conocerse estos documentos, Uber ha vuelto al frente de la polémica y Colau y el sector del taxi en Barcelona se muestran satisfechos por haber frenado la implantación de la multinacional pese a las presiones reveladas por Uber Files.

Uber conocía que lo que estaba haciendo era ilegal. De hecho, uno de los documentos muestra a un ejecutivo bromeando y diciendo que “somos jodidamente ilegales”.

En uno de los mensajes de Kalanick, el cofundador de Uber descartó las preocupaciones de otros ejecutivos de la firma de que enviar a los conductores de Uber a una protesta en Francia los pusiera en riesgo de violencia por parte de los opositores del sector del taxi, argumentando incluso que “la violencia garantiza el éxito”.

Ahora bien, Kalanick ha indicado en un comunicado publicado por el periódico inglés que “nunca sugirió que Uber debería aprovechar la violencia a expensas de la seguridad del conductor”.

Los Uber Files, como se llama a esta filtración, también ha salpicado a Emmanuel Macron, que supuestamente ayudó en secreto a la compañía en Francia cuando era ministro de Economía, permitiendo que Uber tuviera un acceso frecuente y directo a él y a su personal.

Otro de los políticos que ha salido a la luz en estos documentos filtrados es Joe Biden, que por aquel entonces era vicepresidente de Estados Unidos. En ese momento, Biden era partidario de Uber. Cuando llegó tarde a una reunión con Uber en el Foro Económico Mundial en Davos, Kalanick envió un mensaje a un colega diciendo “mi gente le hizo saber que cada minuto que se atrase, es un minuto menos conmigo”, lo que revela una actitud fanfarrona por parte del cofundador de Uber.

Los Uber Files no han acabado y en los próximos días se sabrá aún más sobre la investigación que ha dirigido The Guardian, compartiendo los datos con organizaciones de medios de todo el mundo a través del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

Por su parte, Uber ha admitido que hubo errores en el pasado pero ha prometido que desde 2017 la empresa ha cambiado bajo la dirección del ejecutivo Dara Khosrowshahi.

Mientras tanto, Uber es ya un imperio, una de las plataformas de trabajo más grandes del mundo, que realiza aproximadamente 19 millones de viajes al día.

Un documento sugiere también que Uber planeó gasta 90 millones de dólares extraordinarios en 2016 en relaciones públicas para así sofocar la feroz reacción contra la empresa y por tanto, lograr cambios en las leyes laborales y de taxis.

Los documentos filtrados también exponen las estrategias llevadas a cabo por Uber para solventar los problemas a los que se estaba enfrentando, teniendo acceso directo a políticos que podían hacer cambiar las leyes y consiguiendo el apoyo de figuras poderosas en Rusia, Italia y Alemania a cambio de participaciones financieras, convirtiéndolos así en inversores estratégicos. 

Del mismo modo, la investigación concluye que se pagó a académicos cientos de miles de dólares para producir investigaciones que respaldaran las afirmaciones de la empresa sobre los beneficios de su modelo económico.

Los esfuerzos de Uber no han sido en vano, aunque no por igual en todas partes. De hecho, logró que algunos gobiernos reescribieran las leyes, pero en otros la compañía vio cómo se bloqueaba su app por competir con los taxis.

Los ejecutivos de Uber eran conscientes de que su app era ilegal. En concreto, la jefa de comunicaciones globales de Uber, Nairi Hourdajian, dijo en un mensaje a un colega en 2014 durante los esfuerzos por cerrar la empresa en Tailandia e India que “a veces tenemos problemas porque, bueno, somos jodidamente ilegales”.

Asimismo, se ha sabido que Uber realizaba métodos sofisticados para frustar la aplicación de la ley. Uno de ellos era conocido como “interruptor de apagado”, que involucraba el cierre de los accesos a los documentos de la compañía ordenada por los ejecutivos de Uber cuando se producía alguna redada por parte de las autoridades, que se produjo en redadas en Francia, Holanda, Bélgica, India, Hungría y Rumanía.

Este método se dejó de utilizar cuando Kalanick ya no estaba trabajando como director ejecutivo de Uber.

 

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