Vanguardia digital, medios de comunicación y Silver Economy. Tres patas que conforman un reto: aprovechar la transformación digital para desenfundar un nuevo liderazgo empresarial, y hacerlo sin olvidar el contexto demográfico de occidente (sanitario y laboral). "Un gran reto y una gran oportunidad", resume Matilde Pelegrí, ingeniera química, experta en comunicación social y diplomada en Dirección General de Empresas.
La vicepresidenta de TodoStartups, Ana Landeta, entrevistó recientemente a la también socia fundadora del Grupo SENDA en el espacio En Femenino del portal Be Digital. Como presidenta de este grupo editorial y de comunicación (especializado en los sectores industrial y sociosanitario), Pelegrí valoró en qué momento se encuentra la España vacía. También cómo ha afectado la transformación digital a los medios y al sector nuclear, y cómo será el liderazgo que aproveche los cambios que trae la vanguardia digital.
Como responsable también del proyecto Revistanuclear.es, Pelegrí responde a la pregunta de si la energía nuclear se ha quedado un poco demodé con el auge de la economía verde. "Hay datos que se conocen muy poco: en los últimos cuatro años la primera fuente de energía en España ha sido la nuclear, por delante de renovables". En su opinión, para afrontar el reto del cambio climático, ahora mismo "la mejor manera es unir las renovables y la nuclear". Las primera son limpias, pero sólo la segunda "garantiza el suministro".
La transformación digital del sector nuclear le recuerda a la "tormenta perfecta" que experimentaron los medios hace unos años: crisis económica, menos publicidad y un nuevo modelo de negocio con Internet. De la noche a la mañana el papel perdió valor y los periódicos no supieron responder: "Cometieron un error importante: para que les siguieran en Internet, comenzaron regalando el contenido". Algo que, según Pelegrí, no se puede hacer nunca, pues el contenido es "tu gran valor; es tu equipo de redacción".
Por tanto, la tormenta "aún no se ha resuelto", concede. Al habernos acostumbrado al contenido gratuito, ahora los medios se ven obligados a superar el llamado "muro de pago". Poco a poco salen medios que logran rentabilizar este modelo con diferentes soluciones: suscripción, militancia, acceder al contenido antes de tiempo, etc. Muchos apelan al sentido del deber ciudadano, "otro modelo de negocio", aclara la experta.
Para ello habrá que alcanzar un intercambio comercial "razonable", apunta Pelegrí. Y en ese sentido las revistas especializadas como la suya tienen una ventaja, asegura. Al ser sectoriales "resultamos más interesantes y por tanto más estables". Además, al sector le interesa el papel de los medios (eventos, acuerdos...), defiende. "La tecnología fue una tormenta perfecta, pero nos da infinitas posibilidades. Es un reto permanente, ya que ahora todo se mide (entradas, visitas, seguimiento), pero es una gran oportunidad".
El otro reto que atañe a los medios, aunque no sólo, es el de "los datos", comenta. Habrá que ver "cómo garantizar que su uso es el adecuado", mientras Europa ya habla del "mercado único de datos" o mercado único digital. Hay que asegurarse de que la utilidad de los datos y la Inteligencia Artificial (IA) son "compatibles con la privacidad", recalca.
La ingeniera es, además, vocal en la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM-CEOE). Cargo que le ha permitido conocer de primera mano otro de los grandes retos como sociedad. Ya desde los 80 la ONU se viene preocupando por el "envejecimiento de occidente", asegura. Buena prueba de ello fue la segunda cumbre celebrada en Madrid en el 2002 sobre este tema. "En España somos más de 18 millones mayores de 50 años", subraya. "Pensamos en las pensiones y la sanidad, pero no en la Silver Economy": cómo aprovechar el sistema de producción para satisfacer las necesidades de los mayores.
El término viene a resumir una realidad "que va a más", y en la que "ya vamos tarde", opina Pelegrí. Se trata de un reto "transversal", como la igualdad o el cambio climático, afirma. Con un sistema de pensiones similar al que implantó "Bismark hace 100 años", "no podremos jubilarnos a los 50". Además, como analizó de forma pionera CEIM hace años, el cambio demográfico se nota ya hasta en las universidades: "Pocos saben que hay más de 200.000 personas mayores de 55 años en programas específicos", desgrana.
Según explica la experta en comunicación social, el sector senior (entre los 55 y los 75 años) está haciendo un uso cada vez mayor de la tecnología y, en muchas ocasiones, tienen mayor poder adquisitivo (generado a lo largo de la vida) que los jóvenes. Eso, unido al sistema laboral actual en el que ya no se empieza a trabajar a los 16 (más bien casi a los 30), ni se cotiza igual que antes, requiere tomar "decisiones casi inmediatas".
El trabajo para toda la vida "ya no existe", abunda Pelegrí, y si vamos a vivir hasta los 85, una jubilación a los 65 "no puede funcionar". La especialización del Grupo SENDA llegó en un momento en que en España había "muchas prejubilaciones". Y añade: "Un país no se puede permitir el lujo de que haya personas que se jubilan con 50 años, en lo mejor de su vida a nivel personal y profesional, dejen de estar activos". Los senior son el "nuevo consumidor", resume.
Por ello, además de medidas sociales, esto va también "de tecnología". España no sólo tiene que tomar decisiones en materia de pensiones o "atención a la cronicidad" (cuidados). También hay que atender la adaptación digital y establecer una buena red de Internet, especialmente en la España vacía. "Si no, no podemos pretender que los jóvenes dejen las ciudades y vuelvan a los pueblos para teletrabajar", argumenta Pelegrí.
En este entorno cambiante la vanguardia digital debe verse como un aliado. Ese reto que "ya está ahí" y que "hay que asumir y entender". Reconocer las oportunidades que brinda el cambio permanente de lo digital. Nuestro país cuenta además con un sector tecnológico "muy potente", con proyectos muy desarrollados ya, como la "telemedicina" o "teleasistencia". El problema es que "no terminan de llegar", refleja la experta. Las primeras empresas en comercializarlo "pensaron que su desarrollo dependería de la administración" y "se han estancado un poco, pero los proyectos están resueltos".
Para llegar a colaboraciones público-privadas y mejorar las infraestructuras de las futuras Smart cities, se necesita un nuevo liderazgo empresarial. El nuevo escenario no debe correr a cargo exclusivamente del Estado, que sólo debe ser "el cauce" de las políticas europeas en desarrollo científico. El Estado tendrá "controlar si es necesario" el apoyo a la digitalización, pero "quien genera empleo y riqueza es la iniciativa privada". La Administración no debe ser la gran empleadora, sino sólo poner el marco "de actuación para la iniciativa privada, resume Pelegrí.
Un liderazgo que, a nivel empresarial, habrá de ser capaz de tomar decisiones que pueden cambiar casi cada día en función de cómo evoluciona la tecnología, plantea. Un "liderazgo disruptor" que, además de tener mayor visibilidad femenina, deberá ser capaz de crear, gestionar y modificar equipos de un día para otro, pues "mañana ya no será como hoy".