El gigante tecnológico Google persiste en su lucha para salvaguardar la seguridad de sus usuarios, no sólo trabajando en evitar posibles problemas, sino también eliminando de raíz aquello que puede suponer un peligro. Y es que la compañía ha anunciado que se han eliminado casi 600 apps de su Google Play Store.
Pero la cosa no se ha quedado ahí, sino que Google ha ido un paso más adelante, ya que estas apps se han prohibido en las plataformas de monetización de anuncios, Google AdMob y Google Ad Manager, tal y como ha indicado la compañía en un comunicado en su blog oficial.
La prohibición se ha basado en el hecho de que se viola la política de anuncios perjudiciales y la política intersticial no permitida.
En concreto, Google define como anuncios perjudiciales aquellos que se muestran a los usuarios de forma inesperada, incluyendo “el deterioro o la interferencia de las funciones del dispositivo”. En este sentido, la compañía ha explicado que se han experimentado un aumento de lo que se ha llamado anuncios fuera de contexto, “que es cuando los desarrolladores maliciosos provocan la salida de anuncios en un móvil cuando el usuario no está realmente activo en su app”.
Para luchar contra este tipo de situaciones, Google cuenta con tecnología propia para proteger a los usuarios contra ese comportamiento.
Asimismo, el gigante tecnológico ha insistido en que seguirán invirtiendo en nuevas tecnologías para detectar y prevenir las amenazas emergentes que puedan generar tráfico no válido, incluidos los anuncios antes mencionados.
