El gigante tecnológico Google tendrá que pagar una multa histórica de 4.340 millones de euros que le acaba de imponer la Unión Europea al considerar que realiza prácticas monopolísticas al obligar a los fabricantes a instalar en sus dispositivos móviles apps Android como Chrome o Google Search si quieren acceder a Google Play.
La comisaria de Competencia de la Unión Europea, Margrethe Vestager, ha indicado en una rueda de prensa recogida por Reuters, todos los detalles de esta multa histórica pero que parece que es una cantidad menor a la que se había previsto, ya que estaba cifrada en unos 11.000 millones de dólares.
Pero la compañía de Mountain View no se va a quedar quita y ha dicho a través de su cuenta de Twitter que recurrirá la sentencia, argumentando que “Android ha creado más libertad de elección para todos, no menos”, como ha asegurado Al Verney, portavoz de Google.
La representante de la Unión Europea ha explicado que los resultados de la investigación sobre Google que comenzó el pasado abril de 2016 han demostrado que Google impone tres tipos de restricciones para que los dispositivos utilicen el motor de búsqueda, como la preinstalación de los servicios de búsqueda, su navegador y la realización de pagos para que los fabricantes instalen de fábrica su buscador, entre otras cosas.
El gigante tecnológico tendrá que pagar en un plazo de 90 días, aunque la decisión tomada por el organismo europeo podría extenderse si la compañía continúa con este tipo de prácticas. En este sentido, Vestager ha afirmado que “como mínimo Google tiene que parar y no reincidir en ninguno de estos tres tipos de prácticas”.
En la actualidad, las empresas que quería añadir en sus dispositivos el sistema operativo Android y el acceso a su tienda de apps debían incluir también un paquete con otras apps secundarias, como Google Search o Chrome.
No es la primera vez que Google se enfrenta a este tipo de multas, ya que la Unión Europea ya le impuso otra sanción por valor de 2.820 millones de dólares por abusar de los resultados de búsqueda en favor de su propio servicio de comparación de compras de productos Google Shopping. Otras tecnológicas se han visto también ante esta difícil situación, como le ocurrió a Intel en 2009 que fue multada por 1.061 millones de dólares por su posición dominante en el mercado, aunque el pasado septiembre el Tribunal de Justicia de la Unión Europea anuló esta multa.