‘El futuro inmediato de una medicina personalizada y regenerativa’ es más que el título de una conferencia: es la tesis y ‘modus operandi’ que sostiene el doctor Javier Cabo, director del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), convencido de que lo que se conoce como “singularidad tecnológica” en el ámbito de la salud está más cerca de lo que se piensa.
Los últimos avances en el mundo de la medicina se encaminan a la obtención de unos cuidados de la salud “más proactivos y personalizados”, lo que, sumado a unos “objetivos de la calidad y la eficiencia nos están llevando hacia una medicina más avanzada, hacia una medicina personalizada y hacia una medicina regenerativa que veremos implantarse a corto y medio plazo en el horizonte de las próximas décadas, en los países más avanzados”, asegura el eminente doctor.
En su exposición en la sede en Madrid del Grupo CEF.- UDIMA, Cabo, también director de la Cátedra IHM-UDIMA de Gestión Sanitaria y Ciencias de la Salud, explicó “estamos yendo hacia un futuro de la medicina con la integración de la inteligencia artificial, la robótica, la genómica, la ingeniería biomédica y la nanotecnología”, en una suerte de vía rápida hacia una medicina de precisión, una medicina personalizada y una medicina regenerativa.
En la actualidad, detalló, la civilización está inmersa de lleno en la tercera gran revolución de la humanidad, que es la revolución tecnológica, la cual arrancó con el cambio de la tecnología analógica, mecánica y electrónica, a la tecnología digital, “encaminada hacia la singularidad, con cambios radicales provocados por la computación y las tecnologías de la comunicación” a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y el siglo XXI, recordó.
También apuntó que, del mismo modo que en la revolución agrícola la materia prima eran los productos derivados de la extracción de productos de origen vegetal y animal, y en la revolución industrial los productos derivados de la tierra, como el carbón, en esta tercera revolución tecnológica la materia prima es “la información transformada en datos, bien sean estos estructurados como no estructurados”.
En tal sentido, en su opinión, estos avances “nos están llevando hacia la singularidad, no a la singularidad temporoespacial conocida por todos por los trabajos de Roger Penrose y Stephen Hawking recientemente fallecido”, matizó, “sino hacia la singularidad tecnológica, término descrito en el año 1958 por el matemático y físico John von Newmann, uno de los pioneros en la física cuántica y en las ciencias de la computación”.
Inmersos, igualmente, en una medicina integrada y conectada mediante la uhealth, donde la inteligencia artificial y la computación ubicua juegan un papel relevante mejorando la calidad asistencial, reduciendo la morbilidad y mortalidad y mejorando la eficiencia, efectividad y eficacia, así como la calidad de vida en busca de años de vida ajustados a la calidad, y donde la Inteligencia Artificial (IA), la robótica y la nanotecnología “juegan un papel muy importante”.
En conclusión, la medicina por venir será, sino empieza a serlo ya, resultado, para empezar, de la confluencia de los productos con base tecnológica, las plataformas y aplicaciones, y las soluciones con sistemas inteligentes cognitivos, junto con una cultura más proactiva de la ciudadanía.
Pero también por el nuevo marco que favorecer una gran accesibilidad y posibilidad de transmitir y gestionar la información con datos, tanto estructurados como no estructurados, ya sea desde los grandes hospitales como desde las futuras residencias medicalizadas o desde los mismos hogares a nivel individual y familiar (Home Care), que son las bases de una futura medicina personalizada con gestión sociosanitaria integrada, “inexistente en la actualidad”, en su oipinión, “y que ofrece grandes posibilidades de mejora en los cuidados de la salud, de prevención de enfermedades y de mejora de la gestión sociosanitaria y la gestión de pacientes crónicos. Todo ello camino de “una medicina de gran precisión previamente inigualable”.