De izquierda a derecha, Juan Díez-Nicolás, Elisa Martín, Juan Mulet, Juan José Moreno y Arturo Azcorra, durante el debate "Implicaciones sociales de las tecnologías de futuro" en las V Jornadas sobre Sociedad y Economía Digital. |FOTOGRAFÍAS: Marta Peiro
La digitalización y la aparición de nuevas tecnologías y dispositivos han favorecido un cambio notable en los modos de vida de las sociedades occidentales. Tareas como estudiar, trabajar en una fábrica, ir a la compra o ver la televisión han cambiado a medida que los gobiernos han hecho esfuerzos por impulsar la innovación. Pero, ¿cuál es la realidad de estas tecnologías y su impacto en la sociedad? ¿Son tan buenas?
Estos temas fueron expuestos en la mesa redonda "Implicaciones sociales de las tecnologías del futuro", que reunió este jueves en Madrid a distintos profesionales especializados en tecnología, sociología y política con motivo de las V Jornadas sobre Sociedad y Economía Digital.
Al contrario de lo que cabría pensar, las tecnologías son las mismas que hace años. Así lo consideró Elisa Martín, la única mujer ponente en el debate. Según la directora de tecnología de IBM España, lo que realmente cambia es la "capacidad de poner en marcha todas esas tecnologías a través de la potencia de nuevos sistemas", introducidas en nuestro trabajo gracias al software.
Garijo afirmó que "estamos digitalizando mucha de nuestra realidad física, convirtiendo realidades en información digital". Para entender dicha información, explicó, hacemos uso de la analítica, mediante la "creación de logaritmos que busquen, entiendan y analicen información". Una vez entendidos, dichos datos nos permiten tomar decisiones de una forma más "efectiva y óptima".
Por otra parte, la tecnología ha conllevado a una "disrupción en los modelos estructurales de negocio", analizó, con tecnologías como el blockchain. Se trata de una herramienta que "va a cambiar radicalmente las estructuras comerciales entre las empresas" mediante la "reproducción en el mundo digital de la comercialización de los activos que pueden existir entre diferentes entidades", desarrolló. Se basa en activos compartidos, reglas definidas y conocidas, transparencia y seguridad, y provoca la "desaparición de los elementos de intermediación", comentó. El objetivo, dijo, es "conseguir que la inteligencia artificial se mueva a favor de los negocios".
La miembro de la Academia de Tecnología de IBM habló asimismo de la democratización conseguida con "la nube". Gracias a ella, afirmó, "todos tenemos la tecnología en nuestras manos para crear los mismos tipos de desafíos que puede crear una gran empresa. Con ello se pretende "aumentar la capacidad de las personas", que requieren de una serie de habilidades. Éstas especificó, se consiguen mediante una "alfabetización digital".
Arturo Azcorra, por su parte, dirigió su discurso en torno al "salto radical" que, aseguró, se ha producido en el paso del 4G al 5G. El director de IMDEA Networks explicó que ha conllevado un "rediseño de la red y conceptualización distinta", un cambio del funcionamiento interno de inteligencia de la red y del plano de gestión y una multiplicación por 1.000 del número de terminales. "Ahora mismo hay 6 por 109", especificó. En dichos terminales, analizó, "el caudal tiene que aumentar".
A pesar de los esfuerzos que se han tenido que llevar a cabo para implementarla, el especialista en tecnología explicó que la red 5G es "infinitamente más ágil" y "aumenta la intensidad de las comunicaciones". Esta velocidad permite "reducir el retardo, lo que tarda cada bit de información, en ir y volver, a 5 milisegundos". También hace posible, dijo, "reducir el consumo de energía en una décima parte por bit transportado". Asimismo, el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid puntualizó que con el 5G se va a abrir la puerta a la "personalización" de los servicios. "En cada terminal hay servicios absolutamente específicos", añadió.
Las nuevas tecnologías, aseguró Azcorra, van a "transformar todo lo que hacemos". En términos de salud, ejemplificó, "vamos a estar monitorizados permanentemente con sistemas de inteligencia artificial". Los nuevos recursos también van a ayudar a los trabajadores de la industria y provocar cambios en el transporte. Así, aseguró, "va a haber grandes flotas de vehículos automatizados que te transportan sin conducir".
El punto de vista sociológico lo aportó Juan Díez-Nicolás, presidente-fundador de Análisis Sociolíogicos, Económicos y Políticos, S.A. (ASEP). Según explicó, "el ser humano se ha adaptado siempre a través de la cultura, que engloba todo lo que no nos viene dado por naturaleza". Ésta puede ser, dijo, material o no material, y es creada y transmitida por el ser humano.
La cultura material es la tecnología, que el ser humano "desarrolla para lograr una mejor supervivencia, adaptación al medio". Durante dicho proceso, añadió, se busca "reducir la fricción, el tiempo y coste en cualquier medida". El efecto positivo o negativo de estos recursos, aseguró, lo delimita el uso que hacen por las personas de los mismos. "La tecnología es neutra", puntualizó. Por ello, no podemos caer en el error de contemplar el futuro basado en la tecnología demasiado optimista ni el futuro basado en la cultura no material como algo pesimista, avisó.
Para cerrar el debate, Juan José Moreno dibujó el escenario actual de las nuevas tecnologías y las posibilidades que éstas brindan atendiendo a la política. Según el diputado de la Asamblea de Madrid, estos nuevos recursos sirven permiten que la ciudadanía participe en las decisiones de la democracia y que se movilice por causas que cree justas, además de favorecer la interactividad y transparencia en los procesos de información. Por otra parte, aumenta la rapidez en la transmisión de la misma, lo que, sin embargo, puede incurrir en el riesgo de la circulación de fake news.
Las tecnologías favorecen el desarrollo de aplicaciones que permiten a las sociedades mejorar en temas de educación, sanidad o justicia, e, incluso, administrarse solas. Pese a ello, admitió el catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, a nivel global existe discriminación en el acceso a la red y una brecha digital entre las sociedades y comunidades. Por ello, los gobiernos occidentales trabajan en políticas para impulsar y desarrollar las tecnologías de la información y la comunicación, fomentando con ello la innovación.