Begoña Cristeto, secretaria general de Industria y PYME, en el Foro de la Nueva Economía, presentado por Pilar Platero (sentada), presidenta de SEPI, en el hotel Westin Palace de Madrid, este martes. |FOTOGRAFÍAS: Marta Peiro
El crecimiento y aumento de la competitividad de la industria española pasan por “instaurar una política industrial activa con dos objetivos: reindustrializar la economía española, desarrollando y potenciando aquellos sectores que sean competitivos, y ayudar al tejido industrial en la obligatoria transformación para adaptarlo al nuevo modelo internacional, al nuevo contexto económico y tecnológico”. Así de concreta se expresó este martes Begoña Cristeto, secretaria general de Industria y PYME, en el desayuno informativo del Foro de la Nueva Economía, celebrado en el hotel Westin Palace de Madrid.
Cristeto definió la política industrial como “aquella que tiene por objetivo instaurar unas condiciones marco que favorezcan la competitividad industrial” y aseguró que la industria “es uno de los motores de nuestra economía, uno de los verdaderos motores de su recuperación”. Para ello, dijo, ha sido fundamental la “coordinación y colaboración” entre los agentes con voz en el sector “con un único objetivo: la defensa de los intereses y las empresas industriales”.
La secretaria de Industria y PYME esbozó brevemente los datos que, aseguró, demuestran el crecimiento del sector. Según dijo, “en los tres últimos años el PIB español ha crecido a una tasa media de un 3,2%”. Además, añadió, “según el valor añadido bruto de la industria manufacturera en dicho periodo, desde el lado de la oferta, ha crecido un 3,8%”. En función al índice de producción industrial, el sector “ha crecido en el último año en torno al 3% y en el último trimestre del año en un 5,3%”, aseguró. La experta quiso recalcar asimismo que “el 85% de las exportaciones españolas de bienes son bienes industriales”, y contempló que dicho indicador creció en dicho período un 5%.
Cristeto especificó que el PIB manufacturero ha aumentado un punto, alcanzándose “un 13% de participación de la industria manufacturera en el PIB, y, si tenemos en cuenta la energía, un 16%”. Ello a pesar de las dificultades de la industria para aumentar su peso. Así, argumentó, se produce un “intenso empuje en el sector servicios”, unido a una externalización de servicios dentro de la propia industria, cuyas empresas se centran cada vez más en este tipo de oferta.
Por su parte, Pilar Platero, presidenta de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), aseguró que la industria es “un sector sólido en el que no solo se mantiene el empleo sino que también se crea un empleo más cualificado, con unos salarios y productividad superior al resto de los sectores de nuestra economía”. Se trata de un “auténtico generador de la investigación y el desarrollo tecnológico en nuestro país y presenta también la más intensa propensión hacia la exportación”, añadió Platero.
El sector, aclaró la política, se enfrenta a tres retos: la “amenaza del replanteamiento de las redes de globalización y el libre comercio de inversores internacionales”, la “profunda transformación del sistema económico hacia un sistema de economía descarbonizada, mucho más sostenible, y con un mayor peso de las energías renovables”, y el “riesgo tecnológico”.
La llamada cuarta revolución industrial proporciona a la industria española “unas grandísimas oportunidades”, opinó Cristeto. A pesar de ello, llamó a tener en cuenta que supone un “cambio radical de los productos que vendemos, que tienen que ser más inteligentes, y de los modelos de negocio”. Ante dicho cambio, la experta avisó de la importancia de “establecer unos tiempos suficientes para que nuestro sector industrial pueda llevar a cabo sus inversiones en los nuevos desarrollos tecnológicos, y darles tiempo a ponerlos en marcha para aprovechar las oportunidades que nos brinda la sostenibilidad”.
Con el objetivo de mejorar la competitividad industrial, la secretaria de Industria y PYME comentó que el Gobierno ha puesto en marcha programas como la Agenda para el Fortalecimiento del Sector Industrial en España o la Estrategia Industria Conectada 4.0. Ésta última pretende convertirse en la “estrategia integral que ofrezca un completo servicio a las empresas industriales para dar ese salto” tecnológico.
Otros proyectos desarrollados en este sentido son el Programa ADA, Activa Industria 4.0., o el Marco Estratégico de la España Industrial 4.0. Con el primero se pretende “determinar el grado de madurez digital de las empresas respondiendo a una encuesta de autodiagnóstico”. La importancia de dicho programa, en el que ya han participado 190 empresas, recae en que permitirá “obtener el primer barómetro del grado de madurez digital de nuestra industria”.
El plan de consultoría personalizada Activa Industria 4.0, por su parte, “permitirá a las empresas analizar su cadena de valor, y estudiar la hoja de ruta para poder implementar la digitalización”, especificó. Con el Marco Estratégico de la España Industrial 2030, por último, se busca “definir una línea general de actuación” y establecer una “gobernanza que permita esa coordinación entre todos los agentes que tienen algo que decir en temas de industria”. También se está trabajando, dijo Cristeto, en 13 agendas sectoriales para “conocer las necesidades de las industrias”. Todo ello responde a que “la industria 4.0 no es una opción, es una necesidad”, puntualizó la experta en la materia.
Las claves para lograr esa competitividad, según Cristeto, son “actuar sobre los costes de producción, e invertir en crecimiento de la productividad aumentando la inversión en intangibles (digitalización, innovación industrial) y en la creación de un entorno para la creación de empresas, el emprendimiento y el crecimiento de las mismas”.
De igual manera, desde el Ejecutivo se ha desarrollado una línea de financiación de 100 millones de euros a Euribor para poder poner en marcha dichos proyectos, afirmó Cristeto. El objetivo de las actuaciones realizadas en estos términos es facilitar el acceso a la financiación, “sobre todo a la alternativa a la bancaria”. Así, la política aseguró que “tenemos productos financieros para todas las empresas, independientemente del grado de madurez”.
Citó, además, entidades como ENISA, que “financia emprendedores y PYMES con un producto con cuasi capital riesgo” para “financiar un proyecto sin aval ni garantía”. Las ayudas que proporcionan esta institución, el Instituto Oficial de Crédito (ICO) y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) llevaron a Cristeto a opinar que “el conjunto de financiación pública que hay para las startups es importante. Todos los proyectos viables técnica y económicamente encuentran financiación”.
Asimismo, la política resaltó la importancia de “mejorar el capital humano”. Para ello, especificó la necesidad de “formar a nuestros futuros trabajadores y a todos aquellos que puedan ver cambiado su rol en la fábrica en la que trabajan” en el “talento 4.0 y las nuevas tecnologías de la industria 4.0”. Según consideró, se debe “formar a los niños desde la Educación Primaria, fomentar el interés por las carreras científico-técnicas en las Universidades y Formación Profesional, y formar a los formadores”, “desarrollando el talento necesario de los jóvenes que van a dar servicio a esta industria que queremos crear para el futuro”.
Por último, la experta matizó que “el éxito de la política industrial depende de ser capaces de mantener una política industrial sostenida en el tiempo y trabajar en un “nuevo modelo alternativo de crecimiento basado en la colaboración de todos los agentes”. Estos realizarán el esfuerzo de comprometerse a medio y largo plazo porque la industria sea “una prioridad sostenida en el tiempo”, afirmó. Para ello, Cristeto anunció el trabajo que se está realizando por lograr un pacto de estado “que traslade a la sociedad la importancia de la industria en la economía española como generadora de empleo y riqueza”.