GoPro, compañía especializada en la fabricación de cámaras, empieza el año con mal pie, ya que ha anunciado el despido de más de 250 trabajadores, la mayoría de ellos de su división de drones, que deja de lado tras una fallida experiencia con Karma.
La compañía ha tomado esta drástica medida después de las negativas cifras de la campaña navideña, pero no ha sido la única, ya que su CEO, Nicholas Woodman, también se verá afectado, ya que su sueldo se reducirá a un dólar.
Eso sí, la firma seguirá vendiendo su modelo Karma hasta finalizar existencias, pero será el último drone que construya para la marca, aunque seguirá dando servicio técnico a sus clientes. Y es que según explica la empresa “el mercado de los drones es extremadamente competitivo” y se está enfrentando a una legislación “hostil”.
La experiencia con este modelo de drone no ha sido la esperada, ya que se encontró con unos fallos en la batería que obligó a la retirada de unas 2.500 unidades que ya se habían vendido. Este fallo suponía que el drone podría caer al vacío al quedarse sin batería, lo que significaba un claro peligro para los usuarios.
Este fallo provocó la pérdida de 373 millones de dólares en 2016 y desde entonces la compañía se ha visto sometida a una reestructuración, reduciendo ahora el número de trabajadores, y quedándose con sólo unos 1.000 empleados.
Su objetivo es centrarse en la fabricación de cámaras de acción para deportes, que es lo que realmente han destacado.