Decir hoy en día que eres Empresario puede tener connotaciones peligrosas para la salud de la persona que practica tan arriesgada profesión. Para eso se ha generado el concepto de Emprendedor que parece que es más dinámico, generador de oportunidades y da un aire de juventud y energía. El caso es que hasta hace unos años yo era Empresario, pero como sigo creando Proyectos de Empresa ahora soy Emprendedor.
En algunas de las Conferencias que imparto para Emprendedores, y en la entrega de Premios para ellos donde participo como Jurado, como es el Premio Joven Iniciativa Emprendedora de la Escuela de Negocios ESIC les hablo de las actitudes para emprender pero también de Valores.
Lamentablemente me he encontrado en mi vida con personas sin escrúpulos ni ética personal que se han dedicado a maniobrar de manera fraudulenta y retorcida con sus empresas. Estos individuos han hecho posible que en España el Empresario sea visto como alguien con tendencias a cometer delitos con tal de enriquecerse.
Por mi experiencia son pocas las personas que lo hacen, pero es fácil descubrirlas ya que su discurso de “mejor llevármelo yo a que se lo lleven otros” está latente desde el principio. Algunos se esconden bajo la piel de “voy a hacerlo todo bien”, pero en cuanto tienen oportunidad ¡¡¡¡zas¡¡¡¡ abusan de los demás procediendo a cometer las mayores barbaridades posibles con las personas que rodean a su negocio.
El Emprendedor debe tener en cuenta que la “vía fácil” no es defraudar y engañar sino que esa es la “vía rápida” para terminar mal en todos los sentidos. No solo por las sanciones o las penas que puedas incurrir en los delitos, sino también por los “cadáveres” que dejas y que alguno puede “devolver el golpe” por el mal que se le haya infringido.
Esto que parece de lógica cuando llega el momento hay que repetírtelo hasta la saciedad. En el Servicio Militar que me toco hacer, a los que más fastidiaban los veteranos eran los que más fastidiaban luego cuando ejercían ese rol. Era como si tuvieran ese rencor agazapado para sacarle cuando creen que están en posición de superioridad.
Si te han puesto zancadillas cuando has sido trabajador por cuenta ajena, no hagas tú lo mismo con tus trabajadores. Si cuando has sido proveedor te han martilleado con malas artes no hagas tú lo mismo. Trata a todos como te gusta que te traten a ti. Y no te olvides. Todos somos seres humanos con derecho a ser tratados con dignidad.
Aunque parece de cajón, cada vez más existen emprendedores que dejan de cumplir sus obligaciones. Echan la culpa a la situación y a la crisis, y por supuesto a que el negocio les va mal, pero se olvidan que las reglas del juego son para todos iguales y que mientras no cumplamos con los demás seguiremos perjudicando. Por eso es urgente revisar la Ley de Morosidad y generar una cultura de pago de deudas
Una vez, en uno de mis proyectos empresariales tuve un Director Financiero que había pasado parte de su vida profesional en Venezuela, y le interrogue sobre la corrupción en ese país, a lo que me contesto: “Me he encontrado tanta corrupción aquí en España como en Venezuela”.
Los últimos acontecimientos dan la razón a esta persona. Existen personas que saltan las normas, y peor aún, culturalmente no está mal visto. No existe la denuncia social ni siquiera judicial de casos de abuso, fraude o utilización torticera de las normas. El que se las salta es considerado “listo” o “pillo”. Y lo más lamentable es lo que dicen algunos y piensan muchos ”Yo haría lo mismo en su lugar”
Cualquier proyecto emprendedor busca cumplir el sueño de una o varias personas. Hasta ahí lo lógico y natural. Pero si quieres que tu proyecto alcance otra dimensión debe cumplir el objetivo de buscar el bien común, es decir hacer felices a muchas personas. Aunque suene repetitivo, Apple cumplió el sueño de consumidores, colaboradores y empleados, y se ha transformado en un modelo a seguir. Cada proyecto en su dimensión debe intentar buscar la satisfacción y plenitud de los que le rodean.
Maltratar al que te puede ayudar es como pegarte un tiro en la pierna para ejercitar tu puntería. No tiene sentido en el Siglo en el que vivimos vejar o despreciar al que está a tu lado. Las posturas de despotismo y humillación son de otra época. Si has sido un emprendedor que antes ha trabajado por cuenta ajena debes entender que tu colaborador, trabajador, proveedor, o cualquier persona que te pueda ayudar, es un aliado y para ello debes mimarle y cuidarle
El respeto debe ser el rumbo a seguir en cualquier aventura. Para que te respeten debes mostrar respeto a los demás. Independientemente de su posicionamiento social y económico, vivir con respeto significa la posibilidad de ser admirado y respetado. Las formas son muy importantes y el lenguaje y sobre todos los actos son los que nos definen como personas y también lo que representamos, en este caso nuestro proyecto.
Y por último una petición: Dejemos de admirar a quien realiza negocios sin escrúpulos, ni ética y ausente de valores. Esas personas deberían ser tratadas como se merecen, y apartados del mundo de los negocios y de la sociedad en general. El Emprendedor con valores tiene más posibilidad de Éxito que aquel carente de ética. Luchemos por un mundo mejor.