El pasado martes 11 de junio tuve el honor, en calidad de director general del CEF.- Centro de Estudios Financieros y de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, de ser uno de las 50 autoridades, emprendedores y empresarios invitados a asistir al discurso de presentación de la Ley de Apoyo al Emprendedor que realizó en el Palacio de la Moncloa el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Ver video.
Fue una buena oportunidad para debatir junto a otros colegas sobre la situación actual en la que nos encontramos las empresas y sobre los problemas reales que afrontamos, que son a menudo los mismos con independencia del sector al que nos dediquemos.
La mayoría coincidíamos en que una Ley de Apoyo al Emprendedor era muy necesaria, y que en por fin parece que se empieza a defender la figura del pequeño empresario. Sin embargo, también estábamos de acuerdo en que esta ley, como siempre en estos casos, se queda un poco corta.
La alocución de Rajoy se centró en explicar que la nueva legislación tiene como finalidad acabar con uno de los problemas más importantes con los que se topan los emprendedores cuando arrancan sus negocios: la falta de liquidez.
Entre las medidas aprobadas figura una que llevamos reclamando desde hace mucho tiempo: a partir de ahora el empresario no tendrá la obligación de pagar el IVA de una factura hasta que no se haya ingresado el importe de la misma. Esto, que parece de Perogrullo, generaba verdaderos quebraderos de cabeza a los propietarios de pymes, y especialmente a los autónomos, por el doble castigo que suponía para la liquidez de las empresas en caso de cobros retrasados, cuando no directamente impagados.
Que algo tan básico como esto, que en la mayoría de países de nuestro entorno se viene aplicando desde hace años, sea una de las medidas estrellas de la nueva Ley, dice mucho del apoyo que se ha venido dando en España a los emprendedores.
La nueva regulación también contempla incentivos a la pequeña y mediana empresa: fiscales, como la deducción de un 10% del Impuesto de Sociedades en caso de que se reinvierta el beneficio en la propia actividad económica, o las ventajas fiscales a la figura del “inversor de proximidad”; y burocráticos como la ventanilla única del ICEX para facilitar la internacionalización de la empresa, o la facultad, posibilitada ahora por la Ley, de crear una sociedad en 18 días, cifra todavía alejada de otros países en los que estos trámites “exprés” para crear empresa son mucho más agiles.
También recoge esta ley que la responsabilidad por deudas no afectará a la vivienda habitual de valor inferior a 300.000€ y la adopción medidas en el ámbito educativo, con la incorporación de competencias en emprendimiento en los currículos de enseñanza primaria y secundaria y el acercamiento de la Universidad a la cultura emprendedora.
El Presidente hizo un llamamiento a Europa y sobre todo, a la banca española, para facilitar el crédito para que los proyectos puedan fructificar. Palabras que en general fueron acogidas con tibieza, puesto que, aunque es innegable que el crédito es lo único que puede garantizar la liquidez, sólo surtirán efecto si se ven refrendadas con acciones.
Para favorecer el flujo de crédito, se adopta también una medida para atraer capital extranjero: otorgar el permiso de residencia durante dos años a aquellos que inviertan 500.000€ en bienes inmuebles o 2.000.000€ para generar empleo o comprar deuda pública española.
En definitiva, y a modo de conclusión, de esta nueva Ley de Emprendedores me quedo con dos cosas:
Ayudará a paliar algunos problemas fiscales básicos a los que se enfrenta cualquier emprendedor de nuestro país.
Su verdadero alcance se verá en función de lo que la banca colabore con la pequeña y mediana empresa.
En cualquier caso, bienvenida sea esta Ley, mejorable y tardía, sí, pero Ley a fin de cuentas. Una Ley que esperemos sirva para mejorar la tan necesaria, imprescindible, diría yo, actividad emprendedora en nuestro país, y que no hace sino recoger muchas de las reivindicaciones que los empresarios llevamos largo tiempo reclamando a quienes rigen nuestros destinos. El emprendimiento está ahora en el foco, aprovechemos.