La icónica muñeca Barbie está en boca de todos. El rosa, el color que más le caracteriza, ha invadido todos los medios de comunicación y la popularidad por esta muñeca, que nunca ha caído en el olvido, se ha encumbrado otra vez a todos los sectores, incluyendo el marketing.
Uno de los motivos de la vuelta al candelero de Barbie se debe a la película dirigida por Greta Gerwig, protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling y que se acaba de estrenar en todo el mundo causando toda una sensación en la taquilla.
Pero la muñeca de Mattel siempre ha sido popular. Desde su lanzamiento, en 1959, esta muñeca se ha convertido en un icono cultural y una referencia en el mundo del marketing. Su éxito ha sido atribuido, en gran medida, a la estrategia de branding y construcción de imagen que ha caracterizado a esta famosa marca de juguetes a lo largo de los años. Una campaña basada en el color rosa, en la perfección de una muñeca y de su entorno, para que así cautive la imaginación de miles de niños.
La intención de su creadora, Ruth Handler, que es cofundadora de Mattel, fue la de crear una muñeca que trascendiera las convenciones de su época. Y así lo ha conseguido, ya que Barbie se ha ido adaptando a las modas y a las convenciones sociales, convirtiéndose así no solo en un icono de la moda, sino también de empoderamiento femenino. Aunque hay otros que critican a esta muñeca al considerar que refleja un icono de belleza difícil de conseguir.
La inspiración para Barbie surgió al observar a su hija Bárbara jugar con muñecas que representaban bebés. Handler notó que su hija disfrutaba proyectándose a sí misma en el juego y soñando con futuros roles y profesiones. Fue entonces cuando surgió la idea de crear una muñeca adolescente con una personalidad independiente, capaz de encarnar múltiples roles, desde astronauta hasta modelo, rompiendo así con los estereotipos tradicionales de género.
Barbie contó con una espléndida estrategia de marketing basada en la construcción de una identidad visual y de marca sólida. Su imagen se diseñó para reflejar una figura esbelta, alta y con una apariencia sofisticada. La muñeca Barbie fue promocionada a través de una extensa campaña publicitaria que resaltaba su versatilidad y la posibilidad de imaginar cualquier historia a su alrededor. Esta estrategia fue un gran acierto, ya que la muñeca Barbie pronto se convirtió en un referente aspiracional para las niñas, influyendo en sus sueños y aspiraciones.
A la personalidad de Barbie habría que añadir todo el universo que se creó entorno a ella. Se vendían, y se siguen vendiendo, casas, coches, accesorios de ropa, de bolsos o de zapatos que giraban en torno a un mundo de fantasía, presidido por el color rosa. De esta manera, ese mundo de fantasía de Barbie ayudaba a que la muñeca estuviera todavía más presente en la mente de los consumidores. Esta narrativa coherente y envolvente generó un fuerte sentido de pertenencia a una comunidad de seguidores que se identificaban con la muñeca y sus valores.
Ahora bien, la estrategia de marketing de Barbie no solo se centró en atraer a las niñas, sino también en conseguir la confianza de los padres como consumidores. Así, Mattel se centró en los aspectos educativos que tenía la muñeca, así como la posibilidad de fomentar la creatividad, ya que las niñas podrían imaginar su mundo y también podrían desarrollar habilidades sociales. Esto ayudó a que las críticas que habían surgido sobre la imagen y los valores que Barbie podría transmitir se disiparan.
Esta campaña de marketing y de branding de Barbie ha tenido tanto éxito que la industria de los juguetes se contagió. Y lo hicieron creando muñecas y productos similares que intentaron emular su modelo de éxito. Habría que recordar a Nancy, o las Bratz. A pesar de la popularidad que tienen estas otras muñecas, Barbie sigue siendo la estrella.
La imagen de Barbie ha evolucionado a lo largo de los años. Al principio, Barbie era una muñeca de figura esbelta y pechos grandes, algo que ha sido criticado al fomentar un ideal de belleza que no es real o es casi imposible en la vida real. Pero con el tiempo, Barbie ha conseguido adaptarse a las modas y a las demandas de los clientes y de la sociedad. Eso sí, sigue manteniendo esa imagen esbelta, pero ha introducido más gamas de tonos de piel, tipos de cuerpo y opciones de estilo para así reflejar la realidad de todas las niñas del mundo. Esta iniciativa fue aplaudida por muchos, aunque también enfrentó algunas críticas, evidenciando los desafíos que enfrentan las marcas icónicas en un mundo cada vez más consciente de la diversidad e inclusión.
A pesar de las críticas, Barbie también ha sido defendida por muchos, ya que tiene un mensaje de empoderamiento femenino, de decir que las niñas y niños pueden ser todo lo que quieran, independientemente de su condición social.
No hay que olvidar el impacto que ha tenido Barbie en el sector de la moda. De hecho, muchos diseñadores han creado colecciones inspirados en la muñeca y otros han diseñado incluso ropa para la muñeca, convirtiéndose así también en un icono de la moda.
Y ahora, Barbie ha vuelto con fuerza y no solo para cautivar a los niños y niñas, sino también a los adultos, que han vuelto a revivir parte de su infancia gracias a la película y al boom que está teniendo esta muñeca durante este verano.