Por Redacción - Febr 13, 2023
El apoyo al ecosistema emprendedor por parte de las corporaciones, a través de las herramientas de open innovation, se ha convertido en un soporte clave para continuar progresando en innovación; siendo esta el principal motor de cambio.
Según refleja el estudio “Tendencias de Inversión en España”, 2021 fue un año en el que se batieron récords tanto en número de inversiones como en capital levantado, llegando a cuadruplicar el volumen de inversión de 2020 al alcanzar los 4.294 millones de euros. Un hecho que ha impactado especialmente en el sector energético: las startups tecnológicas de este ámbito lograron levantar 6.000 millones de euros entre 2018 y 2020, según se desprende del informe Energy Trends.
Elewit, plataforma tecnológica de Redeia, lleva desde 2019 colaborando e invirtiendo en empresas emergentes a través de su vehículo de corporate venture capital. La filial de Redeia cataliza así el talento externo para impulsar productos y servicios innovadores que acompañen e impulsen los objetivos estratégicos de la corporación como columna vertebral de la transición ecológica y de la transformación digital.
Para Silvia Bruno, directora de Elewit, “la transformación del modelo energético en el que estamos inmersos es un proceso que afronta retos que sólo podrán abordarse con ayuda de la innovación tecnológica en la que startups y scaleups tienen mucho que aportar”.
Muchas de ellas ya están ofreciendo soluciones innovadoras y disruptivas en el ámbito de la movilidad sostenible, la digitalización de las redes, la inspección visual de activos energéticos y el almacenamiento de energía. Líneas de innovación que van de la mano de tecnologías de vanguardia como la robótica y los drones, la inteligencia artificial, las soluciones de hibridación, el grid forming, etc.
Desde Elewit, como expertos catalizadores de tecnología aplicada al sector de la energía, apoyándose en el ejemplo de sus empresas participadas destaca una serie tendencias que son clave en el sector y pueden contribuir a guiar la inversión en empresas emergentes.
Movilidad sostenible: La descarbonización del transporte es uno de los principales desafíos a nivel global para la lucha contra el cambio climático ya que actualmente es uno de los sectores que registra mayores emisiones. En este sentido, además de empresas cuyos modelos de negocio están enfocados en el impulso de la movilidad urbana y sostenible, también en los últimos años se está desarrollando alta tecnología que promueve soluciones pioneras como el hyperloop, el tren ultrarrápido que en España diseña Zeleros. Esta startup está trabajando en su propia versión de hyperloop novedosa y escalable que se convertirá en la columna vertebral de la economía descarbonizada en 2050.
Almacenamiento de la energía: uno de los principales retos que plantea la transición ecológica es contar con soluciones que permitan el almacenamiento masivo de energía eléctrica, para aportar flexibilidad y aprovechar el potencial renovable. La startup española HESStec está inmersa en el desarrollo de soluciones híbridas para el almacenaje energético enfocadas en la nueva generación de redes eléctricas. Esta startup está jugando un papel fundamental ya que proveerá las soluciones que están desarrollando dotarán de la flexibilidad necesaria a los sistemas de almacenamiento para adaptarse a las necesidades en tiempo real y generar eficiencias.
La multiconectividad y digitalización de activos eléctricos: en un futuro cercano la conectividad total será un hecho. Pero tecnologías como el Cloud Computing, Big Data, IoT o el blockchain han abierto, además de un abanico de posibilidades para innovar, también nuevas brechas que defender. Esta realidad requerirá contar con nuevas barreras de seguridad y herramientas de gestión para el control de dispositivos. En la gestión de redes multi conectadas es un referente Nearby Computing, que ha desarrollado NearbyOne, un software de automatización y orquestación de sistemas y aplicaciones con especial énfasis en las áreas del 5G y Edge Computing. Prueba de ello es el proyecto EPICs, desarrollado junto a Elewit, para crear una plataforma de hardware y software flexible, escalable, replicable, gestionable, orquestable, cibersegura y adaptable que permita su uso en muchos y muy distintos entornos de aplicación. También es una tendencia la digitalización de activos eléctricos como los transformadores, línea en la que trabaja OktoGrid, empresa danesa que ha desarrollado una solución IoT que capta datos de las instalaciones y, posteriormente, los analiza con algoritmos para poder ayudar en la detección de posibles anomalías.
Ciberseguridad: las amenazas a la ciberseguridad están creciendo. En 2020, los ataques de malware y ransomware aumentaron en un 358% y 435% respectivamente, poniendo a prueba la capacidad de las sociedades para prevenir o responder a ellas, según el Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial. De ahí, que se haya experimentado un auge en empresas de ciberseguridad, como CounterCraft, una startup fundada en 2015, que ofrece defensa activa y ciberinteligencia a grandes organizaciones. Gracias a su plataforma, Cyber Deception, ofrece información en tiempo real a las organizaciones para que puedan manipular el comportamiento del “atacante” incluso antes de convertirse en un objetivo.
Robótica y drones: la robótica ha impactado en, prácticamente, cada sector de la sociedad. Las máquinas, como sucedió en anteriores revoluciones industriales, han agilizado el progreso hasta llegar a la conocida Industria 4.0. Dotadas, muchas de ellas de inteligencia artificial, están permitiendo llevar a cabo tareas de una manera más eficiente y sostenible. Un ejemplo de uso de la aplicación de esta tecnología lo encontramos en Aerolaser, empresa canaria especializada en el desarrollo de sistemas de avanzados sensores en tecnología geoespacial. Es el caso del proyecto DALIA, en el que trabaja junto a Red Eléctrica, filial de Redeia. Esta iniciativa innovadora busca la eficiencia en la inspección de las líneas eléctricas y lo hace a través del uso de drones, sensores LiDAR e inteligencia artificial; tecnologías con las que logra una automatización de las tareas de inspección y diagnóstico, dos aspectos que -sin duda- redundan en la eficiencia del proceso.