En el ecosistema de las startups, donde existe una gran competencia por atraer y retener talento, es habitual que los empleados reciban, además del salario económico, una serie de ventajas asociadas, como los servicios de bienestar. Este tipo de retribución si se gestiona y acepta correctamente, puede generar grandes beneficios para ambas partes, por ejemplo, mayor productividad y compromiso. Sin embargo, las opciones tradicionales que encontramos en el mercado, con proveedores que ofrecen paquetes rígidos, no logran la fidelización esperada de los empleados y terminan generando un despilfarro económico, ya que solo se utiliza alrededor del 20% de los servicios disponibles.
Para los empleados, no hay nada que ofrezca mayor satisfacción personal que poder elegir entre una multitud de opciones de bienestar, tanto físicas como psicológicas, para sentirse cuidados por la empresa. Limitar estos servicios puede generar rechazo y la sensación de que la organización no tiene un interés real en beneficiar a sus empleados, sino que simplemente se siente obligada a ofrecerlos como si se tratara de un greenwashing del bienestar.
En las grandes empresas el problema no es menor; con un mayor potencial de inversión, incluyen estos servicios convencidas de su utilidad. Contratan servicios limitados a múltiples proveedores e incluso construyen infraestructuras como instalaciones deportivas, solo para observar con impotencia que muchas de las opciones no se utilizan, lo que resulta desconcertante.
La clave es ofrecer servicios variados y personalizables, en los que cada empleado encuentre su opción ideal. Cada vez más trabajadores, especialmente los más jóvenes, valoran positivamente que una empresa ofrezca servicios de bienestar, y desean poder escogerlos por sí mismos,
Por tanto, si se busca captar, fidelizar y aumentar el sentimiento de pertenencia de los empleados, la mejor decisión es optar por proveedores que ofrezcan opciones de bienestar casi ilimitadas, para que cada cual elija lo que más se adecue a sus circunstancias y momento personal.
La gestión de los servicios de bienestar es una cuestión decisiva. Para las startups, que en muchos casos cuentan con plantillas reducidas, estos servicios que pretenden aumentar el compromiso y la satisfacción de sus empleados, no deben sobrecargar a los departamentos administrativos. El mejor proveedor será aquel que ofrezca opciones de bienestar casi ilimitadas junto con una gestión eficaz y rápida tanto para la empresa como para sus empleados. Externalizar y simplificar al máximo la administración de estos beneficios personalizados evitará despilfarros de recursos y, a su vez, aumentará la adhesión de los empleados, disparando su compromiso y productividad. Los servicios de bienestar pueden atraer y retener el mejor talento, pero siempre que se apliquen bajo la premisa de personalización y se gestionen con eficacia.