Con la pandemia de la COVID-19 hubo no solo una crisis sanitaria, sino una transformación en diversos aspectos de la vida desde la organización del trabajo hasta la psicología en cuanto a asumir un encierro o lidiar con procesos como lo es el burnout.
La psicología del trabajo o el bienestar mental de los colaboradores de la organización ha sido vital en el quehacer de quienes laboran en el departamento de Recursos Humanos, ya que la salud mental en el lugar de trabajo ha dejado de ser un tema secundario para convertirse en una prioridad clave.
Ha sido posible, ya que las empresas comprenden que el bienestar psicológico de sus trabajadores es esencial para el éxito a largo plazo. Entre las acciones que líderes están tomando en cuenta se destacan políticas de bienestar integral más allá de lo físico que tiene el propósito de incorporar aspectos como el manejo del estrés, la resiliencia emocional y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
La gestión del estrés laboral se ha convertido en una parte fundamental de las estrategias de bienestar en el lugar de trabajo y por ello desarrollan actividades para manejar la presión y el estrés relacionados con el trabajo. Además, están implementando medidas preventivas para evitar el agotamiento y el síndrome de burnout.
Además de que ofrecen acceso a recursos y apoyo profesional es una parte crucial de las estrategias de salud mental en el lugar de trabajo. Las organizaciones están proporcionando servicios de asesoramiento, terapia y recursos educativos sobre salud mental para que los empleados puedan abordar sus desafíos emocionales de manera efectiva.
Es así como las organizaciones están empezando a entender que la salud mental de sus empleados no es solo una cuestión de beneficencia, sino una inversión estratégica. Un personal mentalmente saludable es más productivo, creativo y comprometido, lo que a su vez beneficia a la empresa en términos de rendimiento y retención de talento.
