El género será una de las variables que tendrá en cuenta el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la hora de elaborar su estrategia financiera global, algo que se espera incida en la disminución de las brechas de género.
La directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, informó que la Junta Ejecutiva aprobó incluirlo como uno de los elementos atendidos por las acciones principales del del organismo, que van desde prestar dinero, supervisar préstamos, hasta fomentar la capacidad de desarrollo.
“Las crisis, incluyendo la pandemia y las guerras, se están cobrando un precio muy grande sobre las vidas de las mujeres, a lo que hay que añadir los efectos del cambio climático y una fragilidad global cada vez mayor”, dijo Georgieva.
El reporte de Forbes Centroamérica amplía que esta decisión implicará “que se estudien las consecuencias macroeconómicas de las brechas de género, el impacto de las políticas en función del sexo y que el FMI provea recomendaciones financieras y macroeconómicas” hechas a la medida para las distintas situaciones.
El objetivo es trazar una estrategia maleable, de acuerdo con las necesidades cambiantes, los retos y las prioridades de los países miembros.
La brecha de género a la cual hace referencia el FMI persiste y es apreciable en distintos sectores a nivel mundial, como en el campo de las Fintech, pese al crecimiento exponencial que experimentan a nivel mundial.
Esto es apreciable en el último informe de IMF Working Paper ‘Women in Fintech: As Leaders and Users’, que permitió analizar y describir tendencias del impacto de los servicios financieros digitales en las distintas regiones y países, y su incidencia en las diferencias de género.
De este trascendió que, en temas de inversión, por ejemplo, persisten grandes diferencias globales, pues apenas un 10 por ciento de ellas son líderes, ya sea como fundadoras o como miembros de los consejos de administración de las empresas de tecnología financiera.
Esta realidad varía según la zona geográfica que se estudie, pues las naciones del hemisferio occidental, Asia y el Pacífico y Europa presentan más empresas de tecnología financiera fundadas por ellas, mientras que los números son menores en Oriente Medio y Asia Central tienen la menor.
Ese es justo uno de los grandes retos presentes en el ecosistema emprendedor, ya que “a la hora de configurar los equipos de cofundadores preferimos que estos sean mixtos, pero en ocasiones resulta muy difícil porque el número de mujeres es inferior, y todavía es más limitado en cuanto a perfiles tecnológicos. Hacen falta muchas más mujeres que quieran emprender”, explicó a TodoStartups, el periódico español especializado en ecosistema de startups en España y Latinoamérica, Nina Alastruey, Investment Principal de Demium, incubadora y aceleradora.