Tras el hundimiento de la contratación de personas con discapacidad en 2020, del 25%, 2021 se saldó con un crecimiento de 14%, una cifra que sigue mejorando, pues, en lo que llevamos de 2022, ha crecido un 32% con respecto al mismo periodo del pasado ejercicio, superando en un 13% los niveles de contratación previos a la pandemia.
Así se señala en el informe Tecnología y Discapacidad que presentó este viernes la Fundación Adecco, un análisis que, a lo largo de la última década, ha profundizado en cómo la tecnología se está alzando como gran acelerador del proceso de inclusión social y laboral de las personas con discapacidad, en una sociedad eminentemente digitalizada.
Se conocen estos datos coincidiendo con la celebración del Día Internacional de las Tecnologías Apropiadas. Un lugar en dónde la combinación de la tecnología y la discapacidad encajan a la perfección, al ser las personas con discapacidad un target estratégico para un desarrollo tecnológico inclusivo, sin dejar nadie atrás, como reza la máxima de la Agenda 2030.
Este trabajo, basa sus conclusiones en una encuesta a 300 personas con discapacidad, complementada con datos oficiales de contratación ofrecidos por el Servicio Público de Empleo Estatal u otras fuentes de referencia; el informe anual del INE sobre el empleo de las personas con discapacidad o el informe AROPE sobre el Estado de la Pobreza en España.
“En estos últimos años estamos superando, además, viejos estigmas que nos sitúan hoy en el mejor momento para abordar la inclusión, en una coyuntura idónea para trabajar con las empresas en la optimización de sus políticas de Diversidad, equidad e inclusión, avanzando hacia entornos más diversos y competitivos, que no dejen a nadie atrás”, afirma Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Más de 4 de cada 10 encuestados (41,2%) considera que el pleno empleo de las personas con discapacidad podría alcanzarse en la década 2040, gracias a los avances de la Inteligencia Artificial y la tecnología.
Un 19,1% opina que habrá que esperar hasta 2050 para que la tecnología posibilite este cambio de paradigma; mientras que un 18,5% lo atrasa al decenio 2060. Otro 9,3% es más optimista, estimando que el pleno empleo tendrá lugar en la década 2030.
No obstante, el 11,9% valora que la tecnología nunca tendrá capacidad por sí misma para alcanzar la plena inclusión laboral de las personas con discapacidad, ya que los avances tecnológicos no implican un cambio de mentalidad social.
Aunque el empleo de las personas con discapacidad ha alcanzado cifras récord y se encuentra en su mejor momento, es un proceso que presenta claroscuros y que aún dista de alcanzar las cotas deseadas para su normalización e inclusión.
Según Mesonero, “las nuevas tecnologías son grandes aliadas para facilitar su acceso al empleo; sin embargo, no bastará con garantizar el acceso igualitario a las NT, sino asegurar que los profesionales con discapacidad adquieran competencias digitales para conectar con las demandas de las empresas, formándose en alfabetización digital, programación, redes sociales y otras materias en auge en las que siguen infrarrepresentados. Paralelamente, es fundamental que los avances tecnológicos vayan acompañados de una intensa labor de sensibilización que elimine los prejuicios, la indiferencia y la discriminación, verdaderos frenos a la inclusión”.
El informe recoge además datos como; el análisis de la mejora de la calidad de vida, las barreras tecnológicas y la búsqueda de empleo, o el manejo de las nuevas tecnologías, entre otros.