El Consejo de la Juventud de España presentó este martes su último Observatorio de Emancipación Juvenil (OBJOVEM) el cual concluye que la tasa de emancipación de la población joven en España alcanza el valor más bajo de los últimos diecisiete años, a pesar de que existe una mayor estabilidad económica.
El informe, que hace referencia al primer semestre de 2019, muestra que la opción más elegida por la juventud a la hora de emanciparse es el alquiler. Sin embargo, una persona joven que quisiera acceder a una vivienda en alquiler en solitario, de media debería destinar más del 90% de su salario.
Es uno de los datos más relevantes de este informe, el de que solo el 18’5% de las personas de entre 16 y 29 años en España estaban emancipadas en el primer semestre de 2019. Con este dato se alcanza uno de los valores más bajos de la serie, que no se veía desde el año 2002.
Contrasta especialmente el hecho de que, a pesar de que la tasa de emancipación ha bajado, la tasa de empleo haya subido y la población joven en riesgo de pobreza haya disminuido, porque estos avances en la estabilidad económica no se han traducido en un mayor volumen de emancipación.
Este descenso generalizado de la emancipación juvenil ha sido especialmente pronunciado en Cantabria, Canarias y Castilla y León (que ya eran, junto a Andalucía, las CCAA con menor volumen de emancipación residencial) y en las pocas Comunidades en las que se ha registrado un crecimiento de cierto calibre (Aragón, Euskadi, Extremadura, Navarra y La Rioja) este se encuentra estrechamente vinculado al incremento de la población joven nacida en el extranjero y al saldo migratorio positivo. Los últimos datos colocan a Cantabria como el territorio con una tasa de emancipación juvenil más baja (14%) y Cataluña con la tasa más alta (23,1%).
Y a pesar de la normalización en España de la emancipación en pisos compartidos, la emancipación en solitario sigue siendo un reto: una persona joven tendría que dedicar, de media, un 94,4% de su salario a afrontar este alquiler, por lo que solo el 16% del total de la población joven emancipada vive sola.