Designer team sketching a logo in digital design studio on computer, creative graphic drawing skills for marketing and branding (own design elements on the computer screen)
Priming es el impacto que causa algo percibido con anterioridad en la toma de decisiones presentes y futuras. Marcas, marcas y más marcas. Siempre estamos rodeados de marcas, aunque no nos demos cuenta y estas nos influyen de forma subconsciente.
El efecto Priming es sutil y actúa de forma subconsciente. Por ejemplo, lo que ocurre en el fondo de las imágenes que compartimos, es tan importante como lo que destacamos y ponemos en primer plano. Es muy importante que seamos conscientes de ello a la hora de comunicar, sabiendo que nuestros clientes y prospectos tienen menos control sobre sus acciones de lo que ellos piensan.
En caso de que no estés familiarizado con el termino de Priming de marca, quizá sea algo más explicativo la manera en la que lo define Malcom Gladwel en su libro blink: “Priming es una actividad mental compleja y a veces inconsciente, que se ocupa de todos los pequeños detalles de nuestra vida, etiquetando y clasificando todo lo que ocurre a nuestro alrededor”.
Es la memoria implícita, a través de la cual, una vez expuestos a ciertos estímulos, estos provocan ciertas reacciones de respuesta cuando se vuelven a encontrar en el futuro.
Recibimos señales que provienen de muchas direcciones como: logotipos de marcas, colores, tipografía, etc. Todo esto, sin que las personas seamos conscientes de que estamos siendo influenciadas. Todos estos factores afectan en un modo u otro el comportamiento posterior. Debemos prestar atención a todos y cada uno de los detalles cuando creamos nuestra campaña de marketing. De modo subconsciente, cada marca crea una conexión con nuestra mente que provoca una emoción que asociamos a lo que estamos percibiendo.
Absolutamente todo lo que compartimos, genera una imagen que los prospectos y clientes asocian con nuestra marca. En todo momento debemos tenerlo presente, para transmitir una buena sensación a través de nuestras comunicaciones. Una imagen, es una de las formas más potentes de transmitir mensajes.
Una imagen en sí misma no es lo más importante para nuestra campaña, a la hora de elegir la imagen tenemos que pensar que es lo que queremos comunicar y que queremos transmitir a través de ella. También tenemos que pensar como queremos que se sientan nuestros prospectos y clientes cuando vean la imagen o cuando utilicen nuestros productos o servicios.
Tenemos que pensar en cada pequeño detalle; la calidad, la atmósfera que se respira, el sentimiento que se transmite, la forma de colocar los objetos, cuan atractivas son las personas que aparecen en la imagen, el modo en el que sonríen, etc. Todo influye y esos pequeños detalles son los que hacen que las personas se identifiquen con nuestra marca.
¡Vamos a dejarles soñar y que deseen ser parte de ello! Enseñémosles un producto de alta calidad, con una imagen genial, de forma tal, que inconscientemente deseen ser las personas que se encuentran en la imagen.
Al escribir un mensaje en nuestras imágenes o comunicaciones, pasa exactamente lo mismo. Tenemos que pensar en la fuente, la forma de comunicar y las palabras que utilizamos.
Hay que crearlo de un modo que sea fácil de comprender para todo el mundo, utilizando palabras que transmitan positividad y se utilicen de forma cotidiana. ¡Estarán encantados con tu mensaje! Si en la imagen en la que has introducido un texto hay personas, es muy importante que éstas dirijan su mirada al texto, de este modo, podemos guiar a la audiencia indicando hacia donde hay que mirar.
¡No te olvides de tu logo! Sugiero que incluyas tu logo en todas esas magníficas imágenes que compartes en tu blog, social media y publicidad. Incluir el logo, conseguirá que se familiaricen con tu marca y tus principios y que asocien la buena sensación que tu imagen les provoca con tu marca.
Los colores que eliges, afectarán también el modo en el que se sienten tus prospectos. Hay que prestar mucha atención a la hora de elegir uno u otro. Piensa en el mercado al que quieres llegar y en tu público. Cada grupo encaja mejor con ciertos colores. Innumerables factores nos llevan a elegir un color u otro.
Es necesario evaluar factores como: la personalidad de tu marca, la personalidad de tu público, el estilo de vida que quieres trasmitir, por nombrar algunos. Hay gente a quienes les encanta el rojo, normalmente son personas extrovertidas y dinámicas. Hay gente a quienes les gusta el gris, suelen ser más conformistas y pasivos. Hay que pensar en todo antes de tomar ninguna acción.
Por otro lado, utilizar de un modo consistente las mismas emociones y prácticas, ayuda a que nuestros prospectos se identifiquen con tu marca. Las ganas de mejorar, las palabras alentadoras o que nos sugieren acciones y emocione y todas las demás cosas que ocurren en ese momento. Todo esto es lo que hará tu público se sienta mucho más involucrado en el proceso.
Para tu campaña y/o promoción, escribe de forma tal que transmitas a tus prospectos y clientes, los valores que de forma implícita y explicita quieres que perciban. Hazles saber con que grupos u organizaciones te identificas y a cuáles perteneces. Escribe para que el contenido de tu mensaje coincida con el mensaje de los grupos con los que quieres que te identifiquen. Sé concreto, diles como, cuando y donde te identificas y como, cuando y donde, NO te identificas. Sé único. Sé auténtico por diseño.
Conociendo estas acciones y comportamientos tan sencillos, simples y nada fáciles de aplicar, podemos llegar a moldear el comportamiento de nuestro publico y a definir la relación que queremos que tengan con nuestra marca. Aquello que atendemos se convierte en lo que sentimos y lo que sentimos es lo que al final genera nuestras decisiones, en este caso concreto, de compra. Una frase de Daniel Kahneman que me encanta y resume todo: “Cuando te diviertes, sonries y cuando sonries, te diviertes más”.