Joaquín Nieto, a la izquierda, habla sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el Trabajo este viernes en un desayuno en Madrid. |FOTOGRAFÍAS: Marta Peiro
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son unas metas a las que se pretende llegar para lograr la convivencia y sostenibilidad de la Humanidad. Problemas como la pobreza, la desigualdad o el déficit de recursos son algunos de los temas sobre los que gobiernos y sociedad civil deben trabajar para que las naciones sean prósperas. Entre los objetivos figura que todas las personas en edad de trabajar tengan un trabajo decente, inclusivo y sostenible. Este concepto se ve transformado por los desafíos de la digitalización.
Según Joaquín Nieto, “el trabajo puede ser causa de muerte”. El director de la Oficina para España de la Organización Internacional del Trabajo cifró en 2.800.000 las personas que mueren al año por malas condiciones laborales. Nieto expuso en un desayuno en Madrid algunos de los ODS relativos al trabajo. El 1.1 establece que “hay que acabar con la extrema pobreza” en la que viven 300 millones de trabajadores, dijo. El 1.2 se basa en “reducir a la mitad la pobreza de hombres y mujeres de todas las edades”, apuntó. En España “mujeres y jóvenes son los más pobres”, entendiendo pobreza como tener unos ingresos “por debajo del 60% de la mediana”, señaló.
El 1.3 y 1.4 giran en torno a la protección. El primero se refiere a la protección social, el derecho que poseen las personas que no pueden trabajar a disfrutar de prestaciones y servicios para poder sobrevivir, explicó Nieto. De él carece el 60% de las personas en el mundo, determinó. El segundo atiende a que “nadie trabaje sin tener un seguro de accidentes”, afirmó el responsable español de la OIT. Con estos objetivos, se pretende que todo el mundo tenga un “trabajo decente y que la economía sea inclusiva”. “El desarrollo económico, o es inclusivo y sostenible, o no vale”, defendió Nieto.
Para que “las condiciones laborales sean humanas y todos cumplan los objetivos” desde 1919 la OIT “elabora normas internacionales sobre el trabajo”, aclaró Nieto. Es la “única organización de la ONU compuesta también por la sociedad civil”, valoró. En ella, además de los gobiernos, tienen voz y voto trabajadores y empleadores. Una de las labores más importantes del organismo es que “la sociedad sea consciente de estos objetivos y exigente en su cumplimiento”, consideró el director de la misma en España. “Si en 2030 nos acercamos a los objetivos sería extraordinario, pero no hay garantías”, admitió.
En opinión del exvicepresidente de la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, “los ODS son la agenda más importante que tiene la Humanidad”. Para lograrlos es importante “tener objetivos concretos y fechas” y “alinear el programa de gobierno con ellos”, aseguró. En cuanto al trabajo decente, reconoció que “hay muchos déficits”. Esto se debe a los desafíos migratorios y tecnológicos a los que debe hacer frente. Estos últimos “transforman los modos de producir”, analizó Nieto.
La digitalización “permite fraccionar e interconectar procesos productivos, cambia la gestión de los bancos y aumenta el volumen de operaciones que se puede hacer por segundo”, declaró el representante de la OIT. Con ella cambian las cadenas de suministro. “Más de 600 millones de trabajadores en el mundo trabajan en cadenas mundiales de suministro y un tercio de la fuerza trabajadora mundial lo hará en el futuro”, estableció. Con ella ha llegado también el trabajo en plataformas. En este caso, avisó Nieto, “no se aplican derechos laborales ni protección social porque es difícil de regular”.
Con estos cambios, “dos tercios de los empleos, entre 14 y 15 millones de trabajos, se van a ver afectados”, estimó el especialista. En la transición a este nuevo modelo laboral, “la formación debe ser entendida como un derecho y la protección social debe ser universal y funcionar de una manera automática”. En este mercado deben tener cabida los 262 migrantes que Nieto calculó que hay en el mundo y las mujeres “en las mismas condiciones que los hombres”. “Las mujeres han dicho basta”, afirmó rotundamente.