Businesspeople at Conference Table
Un viejo refrán argentino dice que para qué voy a hablar con el mono pudiendo hacerlo con el director del circo, en referencia al hecho que cuanto mayor nivel tenga tu interlocutor mayor posibilidad de éxito tendrás si el mensaje es oportuno. Pero, para tratar con directivos, aún más si pretendemos llegar a ocupar una silla en el consejo, es necesario dotarse de una serie de habilidades o competencias llamadas directivas, por entenderse que son el tronco común de las habilidades “blandas” del dirigente empresarial.
Es cuestión pacífica entre la doctrina de las ciencias empresariales reconocer que hay una serie de competencias de las llamadas blandas, es decir, que no tienen que ver con las propias ciencias sino con cualidades naturales del ser humano, pero que resultan cruciales para prosperar en el entorno directivo, que, al tratarse de la cúspide del desarrollo profesional en las organizaciones, no hay que decir que es el objetivo marcado por la mayoría de becarios que empiezan su carrera en grandes empresas.
Las más frecuentes e importantes habilidades de entre las llamadas directivas son las de negociación, comunicación externa e interna, la gestión del tiempo y de la formación en la empresa y la inteligencia emocional para cohesionar la organización y fomentar el trabajo en equipo.
El liderazgo es una habilidad que muchos expertos apartan de la parrilla de las directivas, ya que consideran una amalgama de las otras. Podría venirse en definir como la habilidad de extraer lo mejor de cada empleado motivándole para que entregue su mejor rendimiento a la organización aparte de incentivos reales.
La negociación es la habilidad de obtener el mejor rendimiento posible de los conflictos que se presentan en la empresa. Consiste, básicamente, en plantear el conflicto como un win-win y diseñar el mejor acuerdo para que todos ganen en la medida de lo posible, de modo que les resulte agradable cumplirlo. La gestión de conflictos es la etapa previa a toda negociación de sus soluciones.
La comunicación en público u oratoria es la habilidad de conectar con una audiencia desconocida de modo que se obtenga el mayor impacto del mensaje a comunicar.
La comunicación interna es la capacidad de conseguir que los mensajes importantes fluyan por la organización de modo que todo el mundo comprenda el objetivo común que se persigue estratégicamente, y remen en ese sentido sumando sus fuerzas sin vectores contradireccionados.
La inteligencia emocional es la habilidad de entender a las personas, la empatía, y la de influir en ellas beneficiosamente con el objetivo de ganar su voluntad mediante el trato. La inteligencia emocional conecta con las pulsiones más esenciales del ser humano, y es necesario conocerla para obtener el máximo nivel de bienestar y rendimiento de los colaboradores.
La gestión del tiempo es crucial en la hoja de ruta de un directivo o alguien que aspire a serlo. La alta productividad y gran volumen de trabajo que caracteriza estos puestos exige una total dedicación además de una correcta priorización de tareas en ordena lo urgente y lo importante.
La formación en la empresa no se trata propiamente una habilidad personal. Sin embargo, en la actualidad la formación se ha convertido en una herramienta esencial para el desarrollo de las organizaciones. Resulta esencial para la motivación del personal establecer planes de carrera y contribuciones no económicas sino más centradas en proporcionar facilidades como la formación de calidad sin salir de la organización.
Conocer cómo detectar las necesidades de formación en una organización, cómo diseñar programas formativos que den respuesta a estas necesidades y cómo gestionarlos para alcanzar los resultados establecidos es un conocimiento cada vez más necesario en las empresas.
Por todas estas razones CEF.- ha preparado el Curso Monográfico sobre Habilidades y Competencias Directivas.