Licenciado en Biología, Fernando Josa ya demostró una actitud emprendedora en su erasmus en la Universidad de Leeds. En aquellas prácticas primigenias sobre el descubrimiento de fármacos de origen natural, Josa apuntalaba una pasión por la investigación científica que rubricó en su doctorado (a través de la prestigiosa MSCA-ITN fellowship) en la Universidad de Bristol. Ha colaborado en múltiples instituciones y proyectos científicos internacionales sobre temas como el cáncer o la neurobiología molecular. Además de profesor asociado de la Universidad Alfonso X El Sabio, actualmente es el ganador el VII concurso Innovacef.
Josa, que se considera afortunado por haber tenido un desarrollo profesional marcadamente multidisciplinar en diferentes escuelas de negocios, siempre ha estado vinculado al "emprendimiento y la gestión científicos". Le preguntamos cómo avanza el proyecto IN2TEGRA, que nació en época de pandemia (2020) y hoy busca ampliar la información poblacional sobre indicadores de resistencia a nuevos ataques víricos, y aliviar el sistema de atención sanitaria español.
El proyecto en primera línea por el que obtuve esta preciada distinción de Innovacef se llama IN2TEGRA (INniciativa INtegrada para el TEsteo Generalizado Rápido y Autónomo), que fue una de las 20 ideas ganadores (de entre 700 propuestas) en el altamente competitivo hackathon #VencealVirus que lanzó la Comunidad de Madrid en 2020 frente a los retos de la pandemia de COVID19.
Me gustaría resaltar que IN2TEGRA fue un esfuerzo conjunto con hasta otros 15 compañeros que nos juntamos en el hackathon para impulsar el proyecto. Además, contamos con la colaboración de Ingenasa para el prototipo y la ayuda del Ejército del Aire a través del CIMA (Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial del Ejército del Aire) para nuestro piloto. A todos ellos les estoy profundamente agradecido por su generosidad y tiempo.
Por otro lado, no me gustaría perder la oportunidad de subrayar que a pesar de que mi candidatura estaba encabezada por el proyecto IN2TEGRA, la presentación al concurso argumentaba más ampliamente hacia una trayectoria de emprendimiento social relacionado con la Ciencia y los Investigadores, de la que me siento muy orgulloso. Especialmente la contribución, mayoritariamente pro bono, a proyectos de asociacionismo científico, divulgación y política y diplomacia científicas (CRE, SRUK, AADIIT, Pint of Science Madrid, CREdivulga, GADEA Ciencia, proyectos Euraxess, o Mentores STEMadrid, entre otros).
El proyecto IN2TEGRA tuvo un período concreto donde la necesidad de información a nivel poblacional (masivo) de inmunidad humoral (aquella marcada por la existencia en sangre de anticuerpos específicos contra SARS-CoV2) era un punto que se estaba considerando importante como parámetro epidemiológico de la población española. Además, nuestro sistema pretende integrar recursos regionales y nacionales para potenciar nuestra industria biotecnológica y sanitaria, fomentando el autoabastecimiento y autosuficiencia tecnológica y reinvirtiendo los recursos públicos en nuestro país, evitando así su fuga hacia países extranjeros.
Posteriormente, iniciativas similares fueron apareciendo y a día de hoy aún se pretende dilucidar científicamente si la inmunidad humoral es un marcador apropiado de “resistencia” de la población a una nueva pandemia. Por otro lado, a día de hoy, el COVID19 se considera ya una endemia, y por tanto el impacto socioeconómico generado por el parón del confinamiento y las cuarentenas, ha dejado de ser un problema.
Por ello, considero que el objetivo original de IN2TEGRA y de iniciativa similares debe pivotar a desarrollar sistemas que sirvan para involucrar a ciudadanos y pacientes e invitarnos a hacernos “corresponsables” de su diagnóstico, empleando herramientas de telemedicina diagnóstica que desaturen el sistema asistencial sanitario y faciliten el acceso a información masiva (Big Data) en los futuros retos de salud pública a los que nos enfrentemos.
IN2TEGRA cumplió su ciclo como iniciativa para cristalizar y agregar ideas y experiencia profesional en tiempo de pandemia. Además, sirvió para reflexionar sobre el impacto socioeconómico de no tener un sistema de innovación y transferencia tecnológica bien engranado y nos hizo dependientes de terceros, con compras públicas internacionales exprés, a veces tenebrosas (por llamarlo de alguna manera), otras desastrosas pero que no permitieron el estímulo directo de nuestros propios recursos.
Por ello, me gustaría aprovechar esta plataforma comunicativa y de emprendimiento que UDIMA me ofrece para reforzar el mensaje de que necesitamos un apoyo siempre más decidido y ágil al emprendimiento regional y nacional por parte de las administraciones, sector privado y ciudadanos para poder afrontar en plazos cortos, cuando ocurren, este y otros tipos de retos sanitarios, tecnológicos y sociales.
Creo que la posibilidad de continuar formándose en habilidades específicas y transversales en lo relativo al emprendimiento, (es decir, a dar salida a las ideas científicas al mundo de la tecnología y finalmente de productos útiles) es una de las carencias más significativas en nuestra formación como investigadores y científicos y, por tanto, una necesidad.
No ya porque todos los científicos e investigadores tuvieran que ser emprendedores con sus ideas y desarrollos de nuevos conocimientos (lo cual es un objetivo poco acertado, en mi opinión), si no porque en, caso de que haya espíritus fértiles al emprendimiento entre aquellos profesionales, es imperativo que la falta de transferencia no ocurra, en origen, porque no tengan a su disposición un ecosistema formativo sin fisuras y las herramientas necesarias para incrementar sus posibilidades de éxito en la aventura de emprender.