Cuando se está emprendiendo siempre es bueno tener un plan, una estrategia que seguir a lo largo del inicio del proyecto de negocio o a lo largo de su desarrollo. Una de esas estrategias es la de salida, conocida también como “exit strategies”, que son, en definitiva, un componente crucial en el ciclo de vida de una empresa emergente, determinando cómo los fundadores y los inversores podrán obtener un retorno sobre su inversión. Estas estrategias no solo reflejan el éxito de la startup, sino que también son esenciales para asegurar que las partes interesadas puedan capitalizar sus esfuerzos y recursos invertidos. Existen diversas opciones de salida, y cada una tiene sus propios beneficios, desafíos y contextos adecuados. Comprender estas opciones en profundidad es vital para cualquier emprendedor o inversor.
Una de las estrategias de salida más comunes es la adquisición, donde una empresa más grande compra la startup. Este método permite a los fundadores y a los inversores obtener un retorno relativamente rápido de su inversión. Las adquisiciones pueden ser atractivas porque proporcionan liquidez inmediata y pueden ofrecer una prima sobre el valor de mercado de la startup. Además, ser adquiridos por una empresa establecida puede brindar a los empleados de la startup nuevas oportunidades de desarrollo profesional y acceso a recursos más amplios. Sin embargo, este tipo de salida puede también resultar en la pérdida de la independencia operativa y en cambios significativos en la cultura empresarial de la startup.
Otra opción prominente es la oferta pública inicial (OPI), donde la startup se convierte en una empresa cotizada en bolsa. Las OPI pueden proporcionar grandes cantidades de capital y elevar el perfil de la empresa, lo que puede ser beneficioso para su crecimiento a largo plazo. Además, ser una empresa pública puede mejorar la capacidad de la empresa para atraer talento y establecer asociaciones estratégicas. No obstante, este proceso es costoso, complejo y puede exponer a la empresa a la volatilidad del mercado y a una mayor presión por parte de los accionistas para lograr resultados a corto plazo. La OPI también implica una regulación más estricta y requisitos de divulgación financiera.
Las fusiones son otra estrategia de salida, donde la startup se combina con otra empresa para crear una entidad nueva. Las fusiones pueden ser motivadas por sinergias potenciales, como la combinación de tecnologías complementarias, expansión de mercado o economías de escala. Este tipo de salida puede proporcionar una solución beneficiosa para ambas empresas involucradas, mejorando su posición competitiva y su capacidad de innovación. Sin embargo, las fusiones pueden ser complicadas de ejecutar y requieren una integración cuidadosa para asegurar que las culturas y operaciones de ambas empresas se alineen de manera efectiva.
El management buyout (MBO) es una estrategia en la que el equipo directivo de la startup compra la empresa, generalmente con la ayuda de financiación externa. Esta estrategia puede ser atractiva cuando el equipo directivo tiene una fuerte visión para el futuro de la empresa y desea mantener el control operativo. Un MBO puede proporcionar estabilidad y continuidad, pero también conlleva riesgos significativos, ya que el equipo directivo puede asumir una deuda considerable para financiar la compra, lo que podría poner presión sobre la rentabilidad futura de la empresa.
La venta secundaria es una estrategia donde los inversores venden sus acciones a otros inversores privados en lugar de en el mercado público. Esto puede proporcionar liquidez a los inversores sin los costos y complejidades asociados con una OPI. Es una opción flexible que permite a los fundadores y a los empleados iniciales obtener un retorno sobre su inversión sin vender la empresa por completo. Sin embargo, encontrar compradores adecuados y negociar precios justos puede ser desafiante.
El cierre de la empresa, aunque no es una salida ideal, es una opción que algunas startups deben considerar si no logran alcanzar la viabilidad comercial. Este proceso implica liquidar los activos de la empresa y pagar las deudas pendientes. Si bien no es la opción preferida, cerrar una empresa de manera ordenada puede minimizar las pérdidas y cumplir con las obligaciones legales y financieras. Este proceso puede ser emocionalmente difícil para los fundadores y empleados, pero puede ser necesario para evitar una insolvencia prolongada.
En la consideración de cualquier estrategia de salida, es crucial que los fundadores y los inversores tengan una comprensión clara de sus objetivos y prioridades. Esto incluye evaluar el momento adecuado para la salida, el valor potencial de la empresa y las condiciones del mercado. Además, las estrategias de salida deben alinearse con la visión a largo plazo de los fundadores y con los intereses de todas las partes interesadas involucradas. Planificar con anticipación y ser flexible ante las circunstancias cambiantes puede mejorar significativamente las posibilidades de una salida exitosa.
Ahora bien, muchos se preguntan cuándo es el mejor momento para planificar una salida, o cómo elegir la estrategia más adecuada para los intereses de la empresa, sin olvidar qué factores se deben considerar al evaluar las opciones que se tienen. Pues bien, esas preguntas son constantes y necesitan de una evaluación de la situación para poder contestarlas, algo que normalmente hace el equipo directivo ayudados de sus consejeros más cercanos.
Planificar una estrategia de salida desde las primeras etapas del desarrollo de la startup puede proporcionar una hoja de ruta clara y ayudar a tomar decisiones estratégicas informadas a lo largo del camino. Considerar factores como el mercado objetivo, la competencia, la evolución tecnológica y las tendencias económicas puede influir en la elección de la estrategia de salida más adecuada. Además, buscar el consejo de mentores, asesores financieros y legales puede ser invaluable para navegar por el complejo proceso de salida.
La diversificación de opciones también puede ser una estrategia prudente. Mantener múltiples rutas de salida abiertas puede proporcionar flexibilidad y una red de seguridad si una opción no resulta viable. Por ejemplo, una startup puede estar preparándose para una OPI mientras también se mantiene abierta a oportunidades de adquisición o fusiones estratégicas.
Lo que está claro es que para poder llevar a cabo este tipo de estrategias es necesaria una gran planificación por parte del emprendedor que debe también contar con la asesoría de personas expertas en estos campos, ya que de sus decisiones dependerá el futuro de la empresa.