Las ideas son lo más importante de una startup. Pero hay que protegerlas. No solo cuando se empieza el camino de emprender, sino también a lo largo de su desarrollo. Y la mejor manera de hacerlo es a través de la protección de la propiedad intelectual, para que así nadie pueda robar esa idea y hacerla suya, convirtiéndose así en un competidor que podría acabar con el desarrollo de la empresa. Para poder proteger este asunto de vital importancia en el mundo de las startups existen una serie de estrategias, sobre todo cuando se habla de startups del mundo tecnológico.
Identificar y clasificar la propiedad intelectual
El primer paso en la gestión de la propiedad intelectual es identificar y clasificar los activos intangibles de la empresa. Esto incluye patentes, marcas registradas, derechos de autor, secretos comerciales y cualquier otra forma de propiedad intelectual que la startup haya creado o planee crear en el futuro. Es crucial comprender el valor de cada uno de estos activos y su contribución al negocio.
Registrar las patentes y marcas registradas
Si la startup ha desarrollado innovaciones tecnológicas únicas, es fundamental registrar las patentes para proteger esas invenciones. En España, el organismo encargado de este asunto es la Oficina Española de Patentes y Marcas, donde se puede inscribir una empresa o un activo determinado, dependiendo de las necesidades de cada uno. De manera similar, registrar las marcas protegerá el nombre y la identidad de la empresa en el mercado. Esto garantizará que la startup tenga derechos exclusivos sobre sus productos o servicios, lo que puede ser un factor diferenciador en un mercado competitivo.
Establecer acuerdos de confidencialidad
Los acuerdos de confidencialidad o acuerdos de no divulgación (NDA) son herramientas esenciales para proteger los secretos comerciales y la información confidencial. Antes de compartir información sensible con empleados, contratistas o socios comerciales, es vital asegurarse de que estén obligados legalmente a mantenerla en secreto. Esto ayuda a prevenir fugas de información y la apropiación no autorizada de ideas. Al fin y al cabo, nadie quiere que sus ideas vayan de un lado a otro sin ningún tipo de control.
Fomentar una cultura de propiedad intelectual
Desde el inicio, es fundamental crear una cultura interna que valore y proteja la propiedad intelectual. Los empleados deben comprender la importancia de respetar los derechos de propiedad intelectual de la empresa y recibir capacitación en las mejores prácticas para evitar infracciones.
Monitorear la competencia
Mantenerse al tanto de la actividad de la competencia es esencial para proteger la propiedad intelectual. Esto incluye la vigilancia de patentes, búsquedas de marcas registradas y la detección de cualquier infracción potencial. La monitorización activa puede ayudar a identificar amenazas tempranas y tomar medidas preventivas.
Estrategias de licencia y colaboración
En algunos casos, puede ser beneficioso licenciar la propiedad intelectual de la startup a terceros o colaborar con otras empresas. Estas estrategias pueden generar ingresos adicionales y aumentar la visibilidad de la empresa, pero deben gestionarse cuidadosamente para proteger los derechos de propiedad intelectual y garantizar que los acuerdos sean mutuamente beneficiosos.
Prepararse para litigios
A pesar de todos los esfuerzos por proteger la propiedad intelectual, a veces pueden surgir disputas legales. Es importante contar con un plan de contingencia y recursos legales para defender los derechos de la empresa en caso de litigio. Y es que siempre es mejor prevenir que curar.
Mantener registros precisos
Llevar un registro detallado de todos los activos de propiedad intelectual, registros de patentes, fechas de vencimiento de marcas registradas y acuerdos de confidencialidad es esencial. Esto facilita la gestión y el cumplimiento de los derechos de propiedad intelectual a lo largo del tiempo.
La gestión eficaz de la propiedad intelectual es esencial para las startups de tecnología. Al tomar las medidas adecuadas para proteger y gestionar sus activos, las startups pueden proteger sus inversiones, diferenciarse de sus competidores y generar ingresos.
