Si rápido crecen y se desarrollan, de la misma forma las startups pueden “morir” por muchísimas razones que no pueden pasar desapercibidas por los fundadores. Aprender de los fracasos es la mejor forma de intentar evitarlos.
En muchas ocasiones, nos encontramos con empresas emergentes que parecían estar muy bien, pero por dentro estaban enfrentando serios problemas que estaban a punto de marcar su final. Puede que sus miembros ni estuvieran al tanto de lo que se avecinaba.
Pese a su potencial revolucionario, el camino hacia el éxito para una startup está lleno de obstáculos, que van desde las etapas tempranas de conceptualización hasta la fase de crecimiento.
Podemos afirmar que la “muerte” de una startup es un fenómeno multicausal, una convergencia de problemas que llevan al fatal desenlace si no son atacados a tiempo.
1-Falta de mercado: si la startup no resuelve una necesidad real o no tiene un mercado suficientemente grande, podría no generar suficientes ingresos para sostenerse.
2-Problemas de financiamiento: el financiamiento es importante para crecer y desarrollar su producto. Sin los fondos no son suficientes o si los dilapidan, pueden quedarse sin recursos para operar y expandirse.
3-Mala gestión y liderazgo: las malas decisiones y la ausencia de liderazgo eficaz pueden impactar negativamente. Un barco sin un timonel adecuado puede no llegar al puerto.
4-Competencia dura: en mercados saturados o altamente competitivos es complicado sobrevivir si no tienes una propuesta de valor sólida.
5-Escalabilidad Problemática: si no puedes escalar para atender a un mayor volumen de clientes o si los costos crecen más rápido que los ingresos, llegan las dificultades.
6-Problemas técnicos o de producto: si el producto no cumple con las expectativas, llega la pérdida de confianza y la insatisfacción del cliente.
7-Falta de enfoque en el cliente: escuchar es importante. Si es el cliente quien habla, entonces, hay que atender mucho más para no desconectarnos del mercado.
8-Incapacidad para adaptarse: si no puedes adaptarte a los cambios en el mercado, avances tecnológicos o nuevas tendencias, podrías quedar obsoleta. Lo obsoleto, con el tiempo, queda desechado.
Una de estas causas anteriores pueden sembrar el germen del fracaso, pero una unión de varias acelera el colapso total.
Una startup tiene que crecer, tener un producto escalable, pero el crecimiento no puede ir acompañado de una desconexión de la necesaria estabilidad y el funcionamiento como un todo. Igualmente, vale recordar que el fracaso es parte del proceso de emprendimiento y puede brindar valiosas lecciones para futuros intentos.
La ausencia de una propuesta de valor convincente, problemas financieros, falta de enfoque en el cliente y la incapacidad para adaptarse a las dinámicas cambiantes del mercado son solo algunos de los ingredientes que pueden contribuir a un desenlace negativo.
Estudiar por qué fracasan las startups, tanto como por qué triunfan, es la base de un camino que puede conducir al éxito.