El mundo de las startups está lleno de términos que, cuando se empieza a emprender, resultan muy nuevos y difíciles de entender. Uno de ellos es el término "MVP", que es muy común en el mundo de las startups y el emprendimiento y que significa "Minimum Viable Product" en inglés, lo que en español se traduce como "Producto Mínimo Viable". Básicamente, un MVP es una versión simplificada de un producto o servicio que una startup lanza al mercado para validar su idea y obtener retroalimentación de los clientes potenciales. En otras palabras, es la versión más básica de un producto que se puede construir y lanzar al mercado para probar su viabilidad sin gastar demasiado tiempo o recursos.
El objetivo principal de un MVP es obtener información valiosa sobre el mercado y las necesidades de los clientes sin invertir una gran cantidad de tiempo y recursos en el desarrollo de un producto completo. Al crear un MVP, las startups pueden medir la demanda del mercado, evaluar la viabilidad de su idea y ajustar su enfoque antes de lanzar el producto completo. Esto reduce el riesgo de fracaso y aumenta las posibilidades de éxito.
Un MVP debe cumplir con los siguientes criterios para ser considerado "Mínimo Viable":
Un ejemplo de un MVP sería una aplicación móvil que solo ofrece una funcionalidad básica. Por ejemplo, una aplicación de "Delivery de Comida" que solo permite a los usuarios hacer pedidos y pagar por ellos. Una vez que se lanza el MVP, se puede medir la demanda del mercado y ajustar el producto en consecuencia. Si los usuarios solicitan una función de seguimiento de su pedido, la startup puede trabajar en ella y agregarla en la siguiente versión del producto.
Un MVP es un enfoque importante para las startups y emprendedores que buscan reducir el riesgo de fracaso y aumentar las posibilidades de éxito al validar su idea antes de invertir demasiado tiempo y recursos en el desarrollo completo del producto.