Uno de los mayores retos a los que se enfrentan los emprendedores, principalmente en los primeros años de existencia de su proyecto, es el de gestionar las tensiones de tesorería y falta de liquidez producidas bien por la diferencia del momento entre los pagos a realizar y los cobros o ingreso de efectivo, al producirse antes los pagos que los cobros, o bien porque las salidas de efectivo son mayores que las entradas.
Esta situación financiera grave es muy común en los proyectos emprendedores al no contar con suficiente efectivo lo que puede llevar a retrasos, incumplimientos de pago y quiebra técnica.
Como soluciones a esta situación podemos aplicar políticas de reducción de costes para reducir la salida de efectivo, estrategias para incrementar nuestros ingresos (adaptación de producto, revisión de precios), reducir el tiempo medio de cobro, y buscar alternativas de financiación que nos permitan cubrir esta situación. Este último punto es fundamental para asegurar la sostenibilidad de la empresa a medio-largo plazo.
Con carácter general, existen siete vías para financiar tu empresa y cada una tiene unas características propias.
1) Las 3 EFES: Family, Friends and Fools)
Esta forma de financiación es la más utilizada en los inicios ya que supone contar con los ahorros propios para iniciar el negocio, y la ayuda de las primeras personas que creen y confían en tu proyecto (parientes y amigos).
Aunque este tipo de financiación suele ser la de menos cuantía en cuanto a capital se refiere, es una buena forma de arrancar un negocio sin que ello suponga una gran carga de deuda, más allá de la “deuda moral” con las personas que han confiado en nosotros.
2. Plataformas de Crowfunding/Crowlending
Mediante el Crowdfunding, las empresas pueden financiar sus proyectos a través de micro-aportaciones de pequeños inversores, o personas interesadas afines a nuestro producto/servicio, a cambio de una recompensa. Este tipo de financiación se realiza a través de plataformas digitales (web, APP) a través de las cuales se mantiene informados a estos micro-inversores sobre la evolución del proyecto.
Las sumas de estas pequeñas aportaciones tienen como objetivo cubrir el total de lo solicitado, momento en el cual el proyecto es financiado en su totalidad.
Este sistema permite validar nuestro producto/servicio antes incluso de ser fabricado o creado, ya que en función de las aportaciones que se consiga y del número de personas implicadas se puede valorar el posible grado de aceptación futuro.
Un sistema parecido al anterior es el denominado Crowlending. Mediante este sistema, los inversores reciben la devolución de su capital junto a un tipo de interés por sus micro-inversiones, normalmente superior al de las entidades financieras tradicionales.
3. Business Angels y Fondos de Capital Riesgo
La figura del Business Angel, como persona física que invierte en proyectos emprendedores, ha tomado especial relevancia durante las dos últimas décadas en el panorama emprendedor. Se trata en muchos casos de una figura que ayuda al crecimiento de la empresa, no solo aportando capital, sino contactos, conocimiento del sector y desarrollo de negocio, aspectos fundamentales para que una empresa crezca en el futuro.
En torno a esta figura se han desarrollado diferentes iniciativas comunes mediante la creación de fondos y organizaciones de Capital Riesgo que invierten en proyectos siendo en muchos casos fondos específicos de determinados sectores (sector tecnológico, alimentación, salud, biotecnología, moda, ...).
En función de las necesidades de financiación, el producto, el tamaño, y la madurez de nuestra empresa, podremos optar a diferentes niveles de inversión:
