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Joffre López (izda) y Manuel Ramos (dcha) en la presentación del Observatorio de Emancipación Juvenil en el Consejo de la Juventud de España este jueves. |FOTOGRAFÍAS: Marta Peiro
Los jóvenes entre 16 y 29 años se enfrentan a serias dificultades para emanciparse y tener un trabajo estable. Según el Observatorio de Emancipación Juvenil del Segundo Semestre de 2018, elaborado y presentado este jueves en el Consejo de la Juventud de España, solo el 19% se emancipó en dicho plazo, lo que supone el dato más bajo desde 2002. La cifra desciende en Extremadura, Castilla La Mancha, Castilla y León, Andalucía, País Vasco y Cantabria, donde el porcentaje de jóvenes independizados en esa franja de edad no llegó al 17%.
Este colectivo también es el que mayores índices de pobreza y exclusión presenta, según la media del 34,8% que muestra el análisis. Sin embargo, cabe destacar que hay diferencias entre el propio grupo, ya que los que se enfrentan a mayores riesgos son los jóvenes en paro (55,5%) por delante de los inactivos (34,5%) y los ocupados (26%).
Uno de los factores más importantes al hablar de emancipación es la solvencia económica. Para ello es fundamental tener un empleo. En este sentido, el crecimiento de la economía fue notable en la franja de 16 a 29 años: un 40,7% de estos jóvenes tuvieron trabajo en el segundo semestre de 2019, dato más alto desde 2012. Sin embargo, el 55,5% de los jóvenes que trabajaron lo hicieron con contratos temporales, frente al 45,8% de 2010. Esta temporalidad fue mayor del 60% en Andalucía, Cantabria, Extremadura, Murcia y el País Vasco y en cualquier caso no bajó del 46% en ninguna comunidad.
Según el análisis, la tasa de empleo es mayor entre los jóvenes varones: un 42,6% de ellos trabajaron frente a un 38,8% de mujeres que hicieron lo propio. Ellas concentraron en mayor medida trabajos a tiempo parcial, en un 33,4% de los casos, aunque en un 45,3% hubieran deseado un empleo a tiempo completo. Sea como fuere, el observatorio muestra cómo los salarios medios fueron ligeramente superiores a los 900€.
Al no reunir los requisitos necesarios para comprar una vivienda, hasta 2017 la tendencia en los jóvenes a la hora de emanciparse era el alquiler de un inmueble. Sin embargo, los precios al alza de esta opción han hecho que las personas entre 16 y 29 años se decanten por otras: el alquiler ha disminuido 1,4 puntos porcentuales, lo que “supone romper con una tendencia ascendente de varios años”, según Joffre López.
El sociólogo encargado del proyecto explicó que dado que “la compra y el alquiler están fuera del alcance de la mayoría”, la opción elegida es la cesión de viviendas: 2 de cada 100 jóvenes vivieron en un inmueble adquirido en la mayoría de las ocasiones por un familiar, según los datos.
Las estadísticas reflejadas en el observatorio son “dramáticas en el caso de los jóvenes, cifras muy alarmantes”, definió Joffre. “Las condiciones no son muy positivas y ya no solo basta con que se genere empleo para evitar la pobreza, sino que también importa el tipo de empleo que se genera”, añadió. Tanto es así que, debido a la precariedad de los trabajos ofertados para los jóvenes de 16 a 29 años, muchos de ellos se endeudan al no poder pagar todos los gastos que rodean al alquiler: comida y suministros, profundizó el sociólogo.
“Los jóvenes estamos viviendo una vida en pausa”, declaró Manuel Ramos. El presidente del Consejo de la Juventud de España denunció la existencia de “herramientas de precarización” existentes en el empleo juvenil, como las prácticas empresariales, las becas o los bajos salarios. Así, manifestó, “el empleo juvenil tiene dos apellidos: temporalidad y parcialidad, con un salario medio apenas por encima de los 900€”.
Dada esta realidad, Ramos aprovechó para hacer una serie de “propuestas para cambiar esta situación, que va a peor”. Entre ellas, se encuentra la regularización de la vivienda mediante la construcción de un parque público de viviendas, y la creación de una Secretaría de Estado de Juventud en la que esta “se priorice en la estructura de gobierno”, destacó.
