Las Fintech se roban el protagonismo dentro del crecimiento de las startup en la región de Centroamérica, como muestran las cifras de empresas emergentes del sector en sus distintas ramales.
Pese a varios obstáculos mundiales que apuntan a la llegada de tiempos de prudencia y recortes de financiación en el ecosistema de startup, en América Latina este mantiene cifras positivas y las Fintech (nuevas tecnologías a actividades financieras y de inversión), marchan a la vanguardia.
El caso de Centroamérica no es la excepción, pues este sector muestra un crecimiento sostenido en esta área geográfica, con un mercado financiero cada vez más diversificado y mayor presencia en cuatro ramales fundamentales.
“En la actualidad, el sector Fintech ha presentado un crecimiento acelerado en el mercado financiero alrededor de Centroamérica, redefiniendo una nueva forma de entender los servicios bancarios a través de sus distintas verticales, que van desde la contratación de seguros, hasta la solicitud de préstamos online, todo desde un sitio web o app de forma automatizada y segura, creando así una nueva era para los servicios financieros”, destaca Forbes Centroamérica.
La publicación destaca que las ramales más extendidas, en cuanto a cantidad de startup, son:
Paytech: 601 de pagos
Lendingtech: 491 de préstamos
Walthtech: 222 de inversión
Insurtech: 210 de seguros
Las Paytech se alimentan de la explosión del comercio electrónico y su expansión es tal, que cubre el 39 por ciento “del total de empresas que ofrecen servicios de tecnología financiera en la región”.
Este fenómeno es similar a lo que ocurre en otros países de Latinoamérica como Chile, Perú y Colombia que, junto a México, aportan el 47% de las Fintech de la región, indica el sitio ReconoSer ID. En México, por ejemplo, la vertical de la lendingtech (préstamos), representan un 21% de empresas de la industria en la nación.
Las cifras indican que entre las Paytech y Lendingtech en Centroamérica superan la cifra del millar de startup, que se posicionan como alternativas para que los usuarios encuentren soluciones financieras más rápidas y sencillas.
“La realidad es que la revolución tecnológica que seguimos atravesando nos ha dado pie no sólo a la innovación dentro de industrias tradicionales, como la financiera y aseguradoras, también está abriendo grandes oportunidades a nuevos jugadores que con propuestas enfocadas en el cliente están posicionándose en el mercado centroamericano”, añade Forbes.
Entre los ejemplos de startup que tratan de cambiar las reglas del juego en la región, se encuentra Cubo, una fintech que se posiciona como la gran alternativa de inclusión financiera para las pequeñas y medianas empresas (Mypimes) y los emprendedores de El Salvador que buscan crecer en un entorno postpandemia con todas las herramientas posibles.
El impacto de Cubo se nota desde que se encontraba en etapa de prelanzamiento, pues contaba en ese momento con más de 2,500 comercios y emprendedores en su plataforma.
Como en Centroamérica, las fintech lideran la inversión en startup en Latam, que acumuló rondas de inversión por $1097.2 millones de USD en mayo, las cuales se concentraron principalmente en Brasil (USD$423M) y Colombia (USD$299.2M).
De este monto total, las industrias con mayor inversión corresponden a las Fintech (nuevas tecnologías a actividades financieras y de inversión), con 475 millones de USD y las Proptech (aplicación de nuevas tecnologías en el sector inmobiliario), con 254.2 millones.
Las fintechs ganan terreno en todo el ecosistema latinoamericano y es por eso que el Centro Docente CEF.- Santo Domingo ofrece formación constante para identificar cuáles son las áreas de desafíos puntuales en esa rama.
En función de ello se ha preparado la Maestría en Dirección Económico-Financiera que tiene como objetivos “adquirir los conocimiento teóricos y prácticos que te permitan convertirte en un profesional o directivo capaz de gestionar las actividades de carácter financiero-contable de la empresa y diseñar la planificación de estrategias financieras, también la supervisión de las áreas de Contabilidad y Control de Gestión y Tesorería, así como la repercusión del sistema fiscal en la planificación y estrategia de la empresa”