Tienes una idea de negocio que puede funcionar, que puede ser la verdadera salida a tus problemas. Pero también tienes un pequeño inconveniente: el dinero. Montar tu propia empresa requiere un colchón económico que no siempre es fácil tener, y que puede provocar que tus sueños tengan que quedarse a un lado.
Por suerte, podemos encontrar varias formas diferentes de financiar nuestro negocio. Sólo tendremos que estudiarlas una a una hasta descubrir cuál es la que mejor se adapta a las necesidades que podamos tener.
Una de las formas elegidas por muchos para financiar sus negocios en un primer momento es dejar la cuenta en números rojos, es decir, gastar más dinero que el que se tiene en cuenta con el objetivo de reponerlo después.
Esto puede tener la ventaja de no tener que estar pidiendo préstamos ni solicitando dinero, pero también tiene una importante desventaja, y es que los intereses que tendremos que pagar posteriormente a nuestra entidad bancaria serán probablemente bastante más altos que los que pagaríamos con otros método.
Probablemente la manera más "lógica" de poner en marcha nuestro propio negocio es autofinanciándonos, es decir, poniendo en marcha la empresa con nuestros propios recursos económicos. Por supuesto que no es sencillo, y es posible que tengamos que esperar un poco más antes de comenzar a realizar nuestra actividad profesional, pero a cambio tendremos la tranquilidad de no tener que devolver nada ni pagar intereses, por lo que a la larga probablemente sea la solución más económica.
Si la cantidad de dinero que necesitamos no es demasiado grande, podemos recurrir a empresas de micropréstamos o similares, que ofrecen pequeños préstamos por cantidades pequeñas con unas condiciones más suaves de las que pueden ofrecer los bancos, convirtiéndose en una buena opción a tener en cuenta.
Normalmente el dinero se transfiere en tan sólo unos minutos, y puede devolverse en diferentes plazos que van desde sólo unos días a poco más de un mes, aunque es posible negociar las condiciones.
Otra alternativa a los bancos para aquellos que deseen pedir un préstamos es la ayuda que puedan darnos amigos y familiares, a los que podremos pedir prestado el dinero para posteriormente devolvérselo cuando lo hayamos recuperado.
Es importante hacer a las personas que nos han prestado el dinero partícipes del negocio, teniendo en cuenta sus opiniones e incluso aportándoles parte de los beneficios. Que sean personas de nuestro entorno personal no debe hacer que abusemos de la confianza a la hora de pedir dinero prestado para nuestros asuntos.