Comunicar siempre es un gran problema, complejo y sensible. Por eso existen profesiones dedicadas a investigar y comprender la forma en que comunicamos nuestras ideas y pensamientos, los mecanismos en que los animales, las células, las comunidades, y las culturas se comunican, y la manera en que comunicamos con suficiencia nuestras campañas de mercadeo para que surtan el efecto deseado en el consumidor.
Ahora, desde una perspectiva de emprendedores, esencialmente tenemos las mismas necesidades de comunicación y, desafortunadamente, un grado de complejidad también enorme.
He tenido que ver cómo aspectos de mis proyectos o incluso proyectos completos fracasan por fallas de comunicación, y es realmente desalentador. No pretendo dictar una cátedra acerca de comunicación organizacional, pues no soy experto en el tema, pero sí dar unas recomendaciones empíricas que me hubiesen ayudado mucho a manejar bien mis proyectos y que ahora espero que les sirva a todos.
La claridad es, como mínimo, bilateral:
Tener claras tus ideas y transmitirlas de una manera que tú mismo consideras sencilla no quiere decir que tu audiencia esté captando la totalidad de lo que transmites.
La retroalimentación es muy importante para que se sepa si todos están pensando y haciendo lo mismo, apropiándose de las ideas e interpretaciones correctas y ejecutando el proyecto respecto a un marco conceptual transparente y común.
La sinceridad inmediata, aunque resulte dura, es indispensable:
Todos los proyectos dependen de sus ejecutores. Es más aconsejable pasar por una discusión incómoda o acalorada en un momento a que, por tratar de evitarla, se ponga en riesgo la evolución de tu proyecto.
Si hay algo que no funciona, no se cumple, no se está logrando o necesita redireccionarse, comunícalo de inmediato. Y claro, cuando las cosas marchan bien, comunícalo aún más rápido y aún con más sinceridad.
Felicitar, felicitar, felicitar…
Todos nos sentiremos bien. Tal y como lo comentaba en algún post anterior (Qué hacer para evitar la muerte prematura de tu proyecto) un equipo de trabajo necesita sentirse bien y ver resultados en el corto plazo para mantener su motivación y su ahínco.
Es necesario corregir cualquier inconsistencia, ineficiencia y variación negativa en el proyecto, pero es aún más importante reconocer, difundir y socializar los logros, aciertos y avances: verás cómo la atmósfera cambia y se torna favorable para que el proyecto continúe.
Haz dibujos:
He encontrado que dibujar una de las maneras más efectivas de comunicar las ideas. Incluso, es excelente para conceptualizar y sintetizar algo que está demasiado disperso y nebuloso en nuestra mente y compartirlo con nuestro equipo.
Personalmente, me siento en una mesa de vidrio, con marcadores o plumones borrables, y comienzo a construir ideas con mi equipo alrededor, o a participar en los conceptos que los demás integrantes desarrollan: todos participan, dibujan, borran, comienzan de nuevo una y otra vez; de esa manera se gestan ideas increíbles.
Son personas, no recursos: tienen mucho más qué ofrecer:
Contrario a lo que dirían algunas de las corrientes más tradicionales de la administración, en un equipo de emprendimiento las personas no son simples ejecutoras de un perfil y diseño de cargo; se trata de gente que con sus sentimientos, sus vidas y los aspectos más humanos de su ser pueden enriquecer e incluso revolucionar el proyecto.
No me refiero a corrientes ideológicas, religiosas, o políticas, sino a experiencias, errores cometidos en el pasado, temores y triunfos de cada persona que pueden enriquecer al grupo y al proyecto. Interésate, con prudencia, en conocer esos detalles de los integrantes del equipo del proyecto y usa esas cualidades para fortalecerlo.
Humildad. Debes aceptar tu posición:
El líder del proyecto de emprendimiento, curiosamente, es el que más tiende a equivocarse. Acepta tus desaciertos y aprende de ellos, y más importante, asegúrate de que el equipo completo aprenda de tus errores y de los suyos propios.
Con estos consejos tal vez logres sobrepasar algunos de los muchos tropiezos que como emprendedor tendrás con seguridad. No lo olvides: fuerte no es quien no se cae, sino quien al caerse se levanta pronto y valeroso.
Buen apetito, buena suerte y buen emprendimiento.