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3 Claves para Emprender lo que te propongas. Ejemplo: Rafa Nadal por Esther_Roche

Las tres claves son el anteproyecto, el terreno y los cimientos, + una: amalgama. Pero déjame que antes de explique algo. Fijémonos en Rafa Nadal.

En su deporte, es el mejor de todos los tiempos, o poco le falta. Es el mejor, sabe lo que tiene que hacer para derribar a su contrincante, conoce sus propios movimientos y los de su oponente, se conoce a sí mismo y hasta dónde es capaz de llegar. Pero todo esto no le llega por inspiración divina, ni de nacimiento.

Rafa se lo curra cada día, y además, tiene un gran entrenador. Necesita a ese entrenador, su tío. Alguien que le acompaña en la difícil tarea de extraer el máximo potencial de sí mismo, que le ayuda a rendir al máximo y a superarse cada día y a identificar sus barreras. Que le anima a forzar sus límites y por fin, alcanzar sus objetivos.

Igual que Rafa necesita un entrenador, también cualquier persona, entidad, equipo u organización, puede querer o necesitar un coach con la misma finalidad: extraer el máximo potencial para el logro de objetivos. Eso es el Coaching, el acompañamiento de esa o esas personas por un coach, en el trayecto que va desde el lugar donde comienzan, donde emprenden su andadura, hasta el lugar donde quieren estar.

Mira este vídeo, solamente 42 segundos, de Eric Schmidt, CEO de Google: "Everybody needs a Coach".

Así dicho, parece de lo más sencillo. En realidad, si hay un compromiso verdadero por parte de esa persona, como lo hay por parte de Rafa, la verdad es que, complicado, no es. Puede ser laborioso y requiere mucho trabajo y esfuerzo, pero no es complejo. Se trata de tres elementos básicos y fundamentales, que yo llamo el anteproyecto, el terreno y los cimientos. ¿Por qué este símil? Bueno, pues porque el ser humano siempre está en construcción.

Sin embargo, la mayoría de nosotros, pese a estar siempre en construcción, no nos damos cuenta de que cualquier tipo de edificio que se encuentra en plena realización, lo primero que necesita es un anteproyecto, un terreno idóneo para edificar y unos cimientos adecuados.

1. El anteproyecto: 

Si yo tengo un solar y me pongo a edificar a la buena de dios, seguramente acabaré poniendo cuatro tablas mal puestas, con el consiguiente resultado. Pero casi nadie se aventuraría a tal insensatez. No. Si tengo una pequeña parcela y quiero construir algo que merezca la pena, seguramente iré a un arquitecto y éste, lo primero que me dirá es que necesita dibujar el anteproyecto de obra: “A ver, pero dime qué es lo que tienes en mente. Es un edificio de 4 plantas, un bloque de apartamentos, una casa de campo, un chalet… ¿Qué? Dime, ¿qué es lo que quieres?”.

Esto es la identificación de mis objetivos, o de mi idea de éxito. A esto le siguen una serie de detalles, importantísimos, para que esa construcción que pretendo edificar se parezca lo máximo posible a lo que tengo en mente. “¿Cuántas habitaciones? ¿Revestimientos? ¿Puertas? ¿Es un edificio sostenible? ¿Tipo de calefacción? ¿Garaje? ¿Piscina?... (¿Pista de tenis, Rafa?).

Necesitamos todos los detalles, concretar al máximo”. Esto es la definición de objetivos, que forma parte también de ese anteproyecto. El anteproyecto es la representación del resultado externo de tu edificación. Cómo quieres que luzca. Es traspasar tu idea, algo abstracto, a algo concreto y comprensible.

2. El terreno: 

Pero ojo, primero, ¿no te preguntará el arquitecto por el terreno donde vas a edificar, donde quieres ubicar esos cimientos para después construir? Ah. El terreno. ¿Es el adecuado? ¿Cumple con las condiciones necesarias? No es lo mismo construir sobre piedra, que tierra, que barro, que arena. Seguramente habrá que estudiar el terreno sobre el que pretendes edificar.

El terreno tendrá componentes de excelente calidad que serán aprovechados al máximo y se les sacará óptimo rendimiento; lo más probable es que también encontréis alguna que otra roca o material enterrados que habrá que sacar o al menos hacer que molesten lo menos posible. Lo más seguro es que no veas ni unos ni los otros hasta que os pongáis a excavar.

Las rocas son posibles inconvenientes. Limitaciones del terreno, partes que mejorar. Son tus barreras internas, miedos, inseguridades. Pero, ¡no te preocupes! Para eso se pondrán a tu servicio, excavadoras, herramientas, maquinaria y tecnología de estudio del terreno.

3. Los cimientos: 

Una vez se haya realizado el estudio previo del terreno y se hayan solucionado esos posibles inconvenientes en la excavación, ya podemos comenzar a poner los cimientos. Los cimientos son lo que va a sostener tu edificación, aunque no se vean. Sin cimientos, o cimientos mal dispuestos, la casa se vendrá abajo en un momento u otro, ¿correcto?.

De los cimientos depende que tu construcción, tu idea de éxito, se sostenga de forma estable y permanente. De ellos depende que dure para siempre. Esta es la parte interna, invisible pero esencial, de tu idea, pero también la que hará posible que tu edificación se mantenga a través del tiempo, aunque de vez en cuando se necesite algún retoque. ¡Necesitas unos cimientos fuertes! ¡Sólidos! ¡Firmes! Algo que sea capaz de sostener esa edificación bella y hermosa que tienes en mente.

Los cimientos son tus fortalezas, las que quizá ya tienes y puedes desarrollar más y las que quizá necesites adquirir: cualidades, capacidades, valores, creencias que potencien, que impulsen y que mantengan tus objetivos, tu idea.

No olvides la Amalgama: 

Por último, aunque no menos importante, esos cimientos no se pueden poner ahí de cualquier manera, sin amalgama ninguna.

Necesitarás gavilla, cemento, materiales que unifiquen y mantengan los cimientos bien unidos y ensamblados: tu confianza en ti mismo, tu proactividad y tu responsabilidad. Estos elementos son los que evitan que tus cimientos se resquebrajen con posibles movimientos de tierra y que el edificio se derrumbre. Una vez hayas puesto una base fuerte, sólida y adecuada, podrás construir lo que querías e incluso más y mejor.

De modo que, tanto si eres emprendedor, si estás montando una startup o si simplemente tienes un proyecto personal en mente, ten en cuenta esos tres elementos fundamentales en cualquier tipo de construcción. Después de todo, no deseas que un pequeño temporal se lo lleve por delante, ¿verdad?

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