Quizás te hayas planteado alguna vez montar una campaña de SEM (Search Engine Marketing) para tu negocio. El SEM, en términos simples, consiste en colocar anuncios por clic a través de los buscadores como Google o redes sociales como Facebook.
De esta forma, el objetivo del SEM (también llamado CPC o PPC) es que cuando una persona hace una búsqueda por alguna de tus palabras clave en Google (nos centramos en Google porque en España más del 95% de las búsquedas se hacen en Google) tu anuncio le aparezca destacado. De ahí que el SEM sea una gran herramienta para generar tráfico de calidad para tu web. Aquí vemos por qué:
1. El SEM es un tipo de publicidad totalmente relevante para el usuario:
Sólo aparece en respuesta a una búsqueda hecha por el usuario. Además, permite la segmentación geográfica, aspecto muy importante sobre todo para los negocios offline.
2. Las herramientas para hacer SEM permiten analizar detalladamente el resultado de cada campaña, calcular el retorno de inversión (ROI) y ajustar las palabras clave y los anuncios para obtener un mejor rendimiento.
Si una de las claves del éxito de una campaña de marketing es saber dirigirla al público objetivo, herramientas como Google Adwords te ayudan a conseguirlo gracias a su poder de segmentación: No sólo ajustando las keywords y el presupuesto diario, sino también detallando la ubicación en la que quieres que sea visto el anuncio, los horarios, el idioma y el tipo de dispositivos en el que deseas que se muestre, por ejemplo.
Todas estas posibilidades hacen que el SEM, contrariamente a lo que a veces se defiende, sea una estrategia a largo plazo, una estrategia que funciona mejor cuanto más estudiada, analizada y revisada está.
No requiere inversiones millonarias, pero sí requiere estar dispuesto a invertir durante un cierto tiempo. Una campaña de SEM duradera en el tiempo tiene muchas más posibilidades de ser exitosa que una campaña puntual. Y eso es así por lo que antes decíamos: El SEM permite -obliga, diríamos- hacer pruebas constantes y ajustar mejor las campañas sin invertir cantidades prohibitivas para una pequeña empresa.
Además, el sistema de Google Adwords funciona como una subasta en la que cada anunciante decide el coste máximo al que está dispuesto a pagar cada clic. Quien más paga, mejor visibilidad obtiene para su anuncio. Hacer una campaña para un producto o servicio en el que no hay mucha competencia, por lógica, acaba resultando mucho más barato que en sectores con muchas empresas haciendo SEM.
4. Los anuncios no sólo aparecen en el buscador sino que también pueden aparecer en la red publicitaria de Google, que se llama Google Adsense y está formada por webs, blogs y redes sociales.
Google, gracias a sus complejos sistemas de búsqueda, coloca los anuncios en las páginas que, por temática, considera que mejor se adapta al producto o servicio que trata de vender el anunciante. Es decir, coloca tu anuncio allá donde cree que están tus clientes potenciales.
Y si no te fías de la tecnología de Google, tú mismo puedes elegir las webs en las que anunciarte de entre todas las posibilidades que te ofrecen ellos mismos.
Así que el SEM, contrariamente a lo que a veces se piensa, acepta toda tu creatividad. Google Adwords, en concreto, te permite ser todo lo original que quieras para sorprender a tu público.
El SEM, por lo tanto, incrementa el tráfico de tu web de forma más rápida que otras estrategias. Y con tráfico de calidad puesto que es el público interesado en los mensajes de tus anuncios el que llega a tu web. Este tipo de publicidad, sin embargo, tiene un hándicap: el tráfico se congela cuando dejas de pagar por los anuncios.
Es por eso que siempre es recomendable montar una estrategia de marketing de contenidos y de SEO (posicionamiento orgánico en buscadores)en paralelo a las campañas de SEM y de coste por clic. El SEM es rápido, pero perecedero. El SEO y el marketing de contenidos requieren tiempo y paciencia, pero sus resultados son duraderos.
