Parecía que no llegaba nunca, pero llegó, llegó. Ya se ha aprobado la ley de Emprendedores. Con algunas modificaciones respecto a la inicial, afortunadamente.
Nunca entendí por qué la tarifa plana en la cuota de autónomos debía aplicarse solo a los menores de 30. Cuando el colectivo de mayores de 50 tiene grandes problemas (aún más) en la reinserción laboral y ven una opción en el emprendimiento. Ahora ya se extiende a todas las edades y con un escalado hasta llegar a la cuota normal. Bien, todavía mejor si fuesen cincuenta siempre, nos pareceríamos entonces al Reino Unido. Pero bueno, no pidamos peras al olmo.
Aunque hay algo en esta medida que sigo sin terminar de entender. Y es que es solo para nuevos autónomos SIN empleados... O sea, que si alguien emprende, pero tiene previsto desde el primer momento generar empleo pues se le castiga pagando su cuota de autónomo íntegra. Ole, si el emprendedor genera un puesto de trabajo fenomenal, a bonificarle. Pero si genera más de dos entonces ya no, será que más de dos ya es gula.
Y si el autónomo decide que en lugar de serlo él solo, tiene un socio, entonces tampoco hay bonificación. O sea, la ley, que tampoco entiendo, obliga a un empleado de su propia empresa a ser autónomo si tiene más de un determinado porcentaje de acciones. No lo entiendo, pero bueno, es así. Pero qué pasa, ¿que este autónomo es diferente a los que no tienen socios? Dos señores desempleados, se asocian con una SL a partes iguales y el administrador no se beneficia del incentivo de la ley de emprendedores y el otro sí. Y lo mejor de todo es que esto no figura en el texto de la ley. Es una norma interna de la Tesorería General de la Seguridad Social.
Tanto esperar a la ley de emprendedores y resulta que una de las medidas estrella no se puede aplicar a muchos porque lo ha decidido la Seguridad Social. Que hubiesen hecho ellos la ley y nos habríamos ahorrado dos años.
Desde luego el texto definitivo es mucho mejor que los originales, debe ser que estoy un poco cansado escuchar y no ver con este tema, pero sigo diciendo que no entiendo por qué una ley que pretende fomentar la creación de empresas y la generación de empleo, pone trabas a los dos supuestos.
Y ya se que nuestras cuentas están mal y que gastamos mucho y hay que cuadrarlas, lo se. ¿Pero tanto descuadra que miles de parados se den de alta y creen empleo pagando cincuenta euros durante el primer año? Sin restricciones de nada. Si crean más puestos de trabajo, pues mejor. Si son administradores de una nueva sociedad, pues también. Si partimos de la base de que esos señores están parados y la mayoría de ellos sin prestación, son cincuenta euritos por cada uno que recauda la administración y que antes era cero. ¿Dónde está el problema? ¿Por qué poner pegas? Es más recaudación y menos desempleo, todos contentos.
Entendería que se exigiese que fuesen sociedades de nueva creación y cuya actividad no esté relacionada con otras existentes con los mismos socios. También entendería que se rebajasen los cincuenta euros si se crea más empleo. Lo que no entiendo es lo contrario. Debe ser que el calor del verano me ha dejado más corto de entendederas.