“Un buen emprendedor debe ser una persona con capacidad para el pensamiento creativo e innovador, tener habilidades gerenciales y de orientación al logro, y ser moderadamente capaz de tolerar el riesgo.” Del reporte: Emprendimientos en América Latina: desde la subsistencia hacia la transformación, publicada por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
En este post nos gustaría enfatizar la importancia del primer factor: la capacidad para el pensamiento creativo e innovador. Esto es particularmente importante para quienes introducen modelos de negocio probados en países desarrollados (copy-cats) con la expectativa de una rápida recompensa: lo cual, ha sido demostrado –en la gran mayoría de los casos- como una hipótesis falsa.
Así como el ecosistema de emprendimiento en América Latina es estructuralmente diferente al de EEUU - sobre todo; en la demanda de productos y servicios innovadores por la comunidad de inversores potenciales- la propuesta de valor de una Startup en Latam tiene que adaptarse a las realidades, necesidades, gustos y preferencias del mercado local.
Para alcanzar su objetivo, el equipo de emprendimiento debe invertir más tiempo en la validación de su propuesta de valor: antes de desarrollar una plataforma probada en mercados foráneos. Con esta versión simplificada -de su producto o servicio- debe probar la hipótesis comercial: en la mayoría de los casos será necesario introducir cambios importantes (pivots) en la propuesta, antes de encontrar una respuesta adecuada (tracción) por parte de clientes y usuarios potenciales.
Esta estrategia de prueba de beneficios potenciales- por ensayo y error- debe incorporar nuevos atributos, creativos e innovadores: disruptivos en los mercados locales. Cada nueva versión definirá de una manera única los beneficios de la propuesta de valor. Mientras más rápido se introduzca y se valide: la versión local del producto o servicio, mayor será su ventaja competitiva. Esta es la diferencia fundamental del proceso “Lean Startup”: validar rápido, y a bajo costo, antes de agotar los limitados recursos financieros de la mayoría de las iniciativas de emprendimiento en la región.
Los investigadores de la CAF no encontraron diferencias significativas entre el perfil de los emprendedores de Los Ángeles (EEUU) en relación a sus pares de América Latina. La capacidad para el pensamiento creativo e innovador es un activo muy valioso de nuestros emprendedores y emprendedoras: hagamos uso de ella, sobre todo; en la etapa inicial de validación de la propuesta de valor en el entorno: solución-problema-cliente. Es allí donde debemos crear e innovar para satisfacer las necesidades únicas de los clientes y usuarios de la región.