Cualidades de la persona emprendedora, circunstancias... Y algunos consejos.
Mantener los pies en la tierra es importante, pero cuando se es emprendedor o emprendedora y se tiene una buena idea de negocio, atractiva y viable, hay que subir muy alto, incluso hasta la estratosfera o más allá.
Para acometer una idea de negocio es necesario ser valiente, hay que mentalizarse para el emprendimiento:
1. Nunca pienses en negativo: “esto es imposible, no lo conseguiré, no ganaré dinero, será una ruina”.
2. No prestes atención a esa “vocecita” interior que siempre te habla para que no hagas algo que sí quieres hacer. O a la gente que te presiona “metiendo miedo” o desanimándote.
3. Se optimista y piensa siempre en positivo.
4. Si crees que tú sólo o sola no puedes, busca gente con tu misma idea y crea un equipo emprendedor.
5. Si tu idea es buena y crees en ella, convence a la gente para que participe, te ayude y se beneficie.
Para emprender hay que ser “ambicioso” y “joven”:
1. "Ambicioso":
No conformarse con lo que hay y buscar el bienestar personal y económico, así como la realización personal con el desarrollo del proyecto empresarial. La ambición debe entenderse como una ambición saludable, de autorrealización personal —y de satisfacción— por ofrecer un producto o servicio de calidad, por contentar a tus clientes, a tus trabajadores y colaboradores y por contribuir a la prosperidad de la comunidad. Jamás la ambición debe llevar a una obsesión por la acumulación, desmedida y a cualquier precio, de riquezas y cosas materiales.
2. Lo importante es ser joven de espíritu:
No hay edad para el emprendimiento cuando la idea es buena y son poderosas las ganas de llevarla a buen término. Las políticas que algunas administraciones ponen en marcha para incentivar el autoempleo y el emprendimiento deben ampliarse a todos los emprendedores que tengan un plan de negocio viable, y no sólo a las personas comprendidas en una franja de edad.
La economía quiere y necesita emprendedores, no funcionarios. Si tu idea es contar con una nómina fija y tener una retribución “asegurada”, olvídate de emprender, la empresa no es lo tuyo.
La persona emprendedora prefiere la aventura empresarial porque:
Es ambiciosa y no se conforma con lo que le dan.
Se decide por trabajar en lo que le apasiona (su empresa) aunque entrañe algunos riesgos; lo prefiere antes que desarrollar un trabajo que no le llena, a cambio de un salario.
No le gusta tener jefes, sobre todo malos jefes que le digan continuamente lo que tiene que hacer y cómo hacerlo.
Le gusta trabajar en equipo.
¿Por qué la persona con vocación emprendedora debe acometer su idea de negocio? Por muchas razones:
Actualmente el trabajo por cuenta ajena cada vez es más escaso, precario y predomina la temporalidad en la contratación. Y esta es una tendencia que se va a acentuar.
Los salarios son, por lo general, bajos. Y ésta es otra tendencia que también empeorará, ya que hay un exceso de mano de obra y una elevada demanda de empleo en todos los sectores productivos.
Ser funcionario no es fácil, cada vez que se convocan unas pocas plazas son miles y miles los candidatos que concurren a las pruebas.
Una empresa que funciona bien y tiene beneficios genera riqueza, bienestar y dinamismo económico.
Todo esto está muy bien, a priori, y en realidad es así, pero para que los emprendedores y emprendedoras puedan desarrollar sus proyectos es imprescindible que las administraciones y los gobiernos se impliquen y faciliten la tarea, fomentando la creación de empresas con políticas activas que animen a los emprendedores y emprendedoras, políticas que velen por las empresas emergentes, sobre todo en las primeras etapas. Ayudas económicas, políticas fiscales de apoyo, cuotas de seguridad social razonables, etc.
Y algo absolutamente fundamental: los emprendedores y emprendedoras deben tener todas las facilidades del mundo para acceder al crédito, cuando el plan de negocio es viable.
