Muchas veces me encuentro con empresas que piden una idea para el nombre de su marca o empresa pagando cantidades desorbitantes por la idea.
“Necesito un nombre que venda, que tenga éxito, que me haga rico, como Nike, Cocacola, etc.”.
“Es que hemos probado con muchos nombres que sonaban muy bien, pero con ninguno hemos conseguido el éxito”.
Por eso quiero decir, a todas estas empresas que creen que si el nombre de la marca es bueno hay triunfo seguro, que esto no es así.
Un nombre por si solo no vende. Ni tampoco un logotipo.
Puedes tener el mejor nombre del mundo con el mejor logotipo y no tener éxito.
Lo que realmente vende es una buena campaña de marketing. Hacer anuncios en prensa, radio, televisión, Internet, redes sociales, patrocinio, etc. Y por todo esto si que se paga mucho.
Las empresas creen que con el nombre y logotipo ya todo viene dado y sin una buena campaña no son nada. Y lo peor, es que cuando fracasan, achacan el fracaso al nombre o al logotipo.
Si no, piensen en cuantos nombres y/o logotipos de marcas muy conocidas son un “churro” desde el punto de vista artístico, y sin embargo, venden mucho (y muchas de ellas, grandes compañías).
Está claro que si el nombre o el logotipo te gusta, lo venderás con más entusiasmo e incluso parte de tu público (el que consigas que te vea) pensará que tiene mucha calidad artística, pero esto es independiente de que compren o no tus productos, que es lo importante a la hora de hacer crecer tu empresa.
Por eso, recomiendo a las empresas que no se vuelvan locas para encontrar el mejor nombre porque, nunca lo encontrarán. Estas cosas funcionan al revés de lo que pensamos. A partir de un nombre cualquiera, se puede crear una gran marca, consiguiendo que el consumidor asocie todos esos beneficios a ese nombre. Y lo mismo pasa con los logotipos.
Pagar por un logotipo si, pero no volverse loco y pagar 1.000€ por un diseño. Puede que esté tirando piedras contra mi propio tejado (y contra el resto de diseñadores), pero se puede cobrar un precio justo por el diseño sin aprovecharnos de los clientes ni hacerles creer que con ese logo ya tendrán el éxito asegurado.
Al fin y al cabo un logotipo es un identificador de una marca. Luego tendrán que realizar el trabajo duro y preocuparse de que la gente asocie ese identificador con su empresa.