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Colombia: Tecnología + Emprendimiento, una alternativa en potencia

Los emprendimientos de base tecnológica crecen y se consolidan con mayor velocidad a nivel mundial. Por eso les contamos cómo identificarlos, cuáles son sus ventajas y qué retos deben afrontan para ser exitosos en el mercado global.

El uso de los medios digitales para fines comerciales y empresariales ha hecho que el concepto de "emprendimientos de base tecnológica" se haga más común en el mundo de la investigación, la ciencia y la innovación. Sin embargo, aunque estas iniciativas parecen fáciles de reconocer, tienen unas características específicas y unos métodos de crecimiento que las diferencian de otro tipo de emprendimientos, e incluso de algunos desarrollos tecnológicos que no llegan convertirse en empresa.

Según Eduardo Díaz Sánchez, director de la Oficina del Emprendedor de Base Tecnológica de la Fundación Madri+d en España -que estuvo de visita en Medellín-, este tipo de proyectos “se crean a partir de i+d (investigación y desarrollo) y pueden formarse al interior de una empresa ya existente o en un contexto universitario”.

A estas características, se suman dos requisitos indispensables:

Que los emprendimientos tengan una tecnología propia, es decir, un desarrollo tecnológico que le pertenece a un individuo o a la empresa, que no necesariamente está protegido o patentado y que tiene un conocimiento específico que no puede ser fácilmente copiable.

Que sea una invención novedosa, ya que el uso de una tecnología innovadora no implica necesariamente que sea un emprendimiento de base tecnológica, como afirma Díaz Sánchez en el siguiente ejemplo: “Un portal web no tiene por qué ser una empresa de base tecnológica desde nuestro punto de vista. Pero en cambio un portal web que utiliza un buscador semántico sofisticado, resultado de mi propia i+d o de la que ha desarrollado algún miembro del equipo, en una universidad por ejemplo, sí sería una empresa de base tecnológica”.

Los niveles de supervivencia empresarial media frente a otras empresas y la capacidad de crear barreras de entrada al mercado, son algunas de las ventajas que tienen este tipo de negocios. Sin embargo, algunas compañías, aunque ya tienen estos índices, no alcanzan a desarrollar su estrategia empresarial porque no consiguen la financiación necesaria o porque los planes de internacionalización y las redes de contactos, no llegan a consolidarse.

Por esta razón es necesario identificar los tres grandes puntos de quiebre que afectan normalmente a estas empresas y que, a juicio del representante de Madri+d, también se convierten en las principales necesidades de estos proyectos.

Equipos emprendedores: en ocasiones los emprendimientos de base tecnológica no están formados por grupos compactos que distribuyan sus competencias por áreas específicas como marketing, financiación, i+d, entre otras, sino que se limitan a tener un recurso humano con habilidades técnicas sobre la tecnología que desarrollan. Contar con un equipo interdisciplinario puede ayudar a fortalecer y aumentar el crecimiento de estas iniciativas.

Capacidad de acceso a financiación: este es un factor determinante en el éxito o fracaso de las empresas de base tecnológica. Los emprendedores deben estar preparados para buscar recursos públicos o privados que ayuden a escalar sus ideas de negocio. Esto incluye el rastreo de mecanismos de financiación con entidades o individuos fuera del país, como el caso de inversores ángeles o las incubadoras.

Comercialización: las empresas necesitan pensar en los elementos y los mecanismos necesarios para llevar sus productos o servicios fuera de su país de origen y comercializarlos en el ámbito global. Deben hacer un esfuerzo para generar redes de contacto y trabajar con personas que puedan abrir las opciones en esos mercados internacionales o que puedan ofrecerles asesoría y acompañamiento sobre cómo hacerlo.

Más allá de la facturación y las medidas tradicionales de empleo creado, existen otros indicadores que ayudan a identificar las fortalezas y debilidades de estas empresas y que pueden ser factores determinantes de éxito, como asegura el experto de Madri+d: “La forma en la que han crecido las empresas; es decir, el hecho de que una iniciativa haya seguido adecuadamente los pasos que le han permitido acceder a una financiación semilla, posteriormente a un trabajo con socios, luego a una financiación más amplia hasta llegar a un capital de riesgo, todo esto adecuadamente valorado, nos puede dar un indicador del éxito de ese equipo como empresa”. En este caso el crecimiento equilibrado y compacto cobra más valor que el tamaño de la empresa o los registros de ventas y empleos generados.

Aunque los emprendimientos tradicionales son fundamentales y deben permanecer en crecimiento, hacer una apuesta por la creación y el fortalecimiento de las empresas de base tecnológica es una alternativa que cada vez cobra más fuerza en el mundo y que requiere un esfuerzo especial de las instituciones públicas y privadas, la academia, las empresas y los emprendedores ya que puede abrir potencialmente nuevas líneas de desarrollo económico a nivel local, regional y nacional.

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