Cuando una persona quiere lanzarse a emprender un proyecto y por fin se decide, es cuando empiezan a aparecer los interrogantes y las dudas acerca de todo.
La primera reacción es buscar respuesta en las experiencias de los demás, y aunque es una reacción muy acertada la información que se encuentra es a menudo contradictoria, y no es por la información en sí sino porque la envergadura de los proyectos varía. A un microemprendedor le vienen grandes muchos de los consejos que a un grupo de socios con crédito bancario o un inversor detrás, por poner un ejemplo.
Y a un grupo de ingenieros del MIT con 2 millones de dólares les hablas de gastar en pequeño y te miran con cara de lástima.
Por eso y desde mi propia experiencia me gustaría plasmar y resfrescar algunas líneas muy básicas sobre lo que a mi juicio hace falta cuando se emprende cualquier proyecto. A veces tendemos a acomodarnos o a ser poco rigurosos con nosotros mismos, y eso se acaba pagando, literalmente. Quiero compartir algunas líneas básicas que me habría gustado escuchar antes de ponerme a lo mío, y os invito a que comentéis las que os parezca que faltan:
1. Tenlo muy claro:
O vas a por todas o mejor no pierdas el tiempo ni el dinero. Parece una obviedad pero mucha gente cree que una Startup puede llevarse a ratos desde casa, como en los anuncios estafa de Internet: "Aprenda cómo conseguí ganar 3247,26$ en un par de horas". Pues con primos que paguen por saber cómo, porque si no es imposible. Emprender te va a convertir en una oficina con patas, y el nombre de tu Startup va a ser tu apellido prácticamente.
Así que más vale tener muy claro que lo quieres hacer, y ponerlo sobre un papel. Si no puedes explicar tu idea y tu modelo de ingresos desde las fases más iniciales, piensa dos veces porque algo falla. A menudo las grandes ideas cuando salen de la cabeza y se convierten en palabras se quedan bastante desnudas.
Dale más vueltas y sé muy autocrítico. Piensa que el primer paso debe ser lo más seguro posible para poder arrancar por lo menos, si el proyecto nace cojo se cae al poco de arrancar. Los mercados no tienen ninguna misericordia con los malos proyectos, y el esfuerzo invertido aunque es imprescindible para subir, es irrelevante para caer.
2. Piensa en grande, invierte en pequeño:
Fíjate en lo que hacen los más grandes, inspírate e incorpora de ellos todo lo que puedas, pero sin gastar. Cree en tu Startup como si fuera Instagram pero invierte en ella lo justo e indispensable. Bien, ¿y qué es lo justo? Para el comienzo lo justo es gastar sólo en lo productivo, en lo que genera o permite generar ingresos.
Tu servidor, tu dominio, las comisiones de pasarelas de pago. Y dentro de los gastos indispensables, busca y ratea hasta que des con la mejor opción calidad-precio. Los comienzos son bonitos pero son duros porque es cuando los números son negativos, así que cuanto menos negativos sean mejor. Para gastar más siempre hay tiempo, pero espera a tener algo en el bolsillo.
Cuenta con que este proyecto que has emprendido no es para estar más cómodo ni vivir mejor que cuando ibas a la oficina, porque no va a ser así a corto ni probablemente a medio plazo. Así que si tu móvil personal puede ser el de empresa a la vez, pues una línea que te ahorras. No externalices nada más que la contabilidad -y eso si no tienes ni idea claro, si no al principio igual no te hace ni falta-. Las estructuras que crees desde el principio luego son muy difíciles de contraer si quieres reducir el gasto, pero por contra son muy baratas de ampliar si las necesitas para soportar tu crecimiento.
3. Controla lo que ofreces:
Con el número de horas que te esperan ya puede gustarte lo que vas a hacer. O por lo menos, no debe disgustarte. Si te apasiona tienes mucho ganado porque ya conoces lo que quieres ofrecer, si es algo de lo que no conoces demasiado ten en cuenta que tendrás que aprender sobre la marcha, y en según qué casos puede provocarte dolores de cabeza. Además las horas invertidas en pasiones y cosas que nos gustan a menudo ni las percibimos como trabajo, y te puedes pasar tranquilamente 10 horas dándole vueltas y casi ni te enteras.
4. Ten paciencia:
Roma no se levantó en un día, aunque para no desanimarse viene bien visualizar los logros. Si tu Startup vende algo, no te olvides de poner en la pared detrás del ordenador un folio con las ventas mensuales, semanales, y/o diarias. Día a día, luego mes a mes, luego por trimestres... Así cuando el peso se te va acumulando en la espalda y creas que no estás consiguiendo nada, podrás ver tus logros. Y si el valor de tu web son los usuarios o las visitas únicas, lo mismo.
Marca todos los hitos de tu proyecto porque te ayudarán a conocer la realidad de tu trayectoria, y esa trayectoria te dirá si lo apropiado es cerrar el chiringuito y analizar lo que ha ido mal, o si debes seguir porque estás a punto de pegar el estirón.
5. Nunca dejes de aprender:
Si trabajas con varios socios intenta aprender de sus áreas, si trabajas con otros compañeros de profesión extrae todo lo que puedas de su experiencia. Intenta rodearte de todo aquello que pueda aportar cosas interesantes para tu proyecto, y aprende. Los mercados cambian y las tendencias también, y si te quedas atrás pierdes en competitividad. No hay que pretender ser un experto en todo, pero no hay que estar pez en nada de lo que afecte a nuestro negocio.
Si no eres programador debes saber al menos lo que cuesta desarrollar tu web, o qué partes tiene el desarrollo de tu web, en qué plataforma está desarrollada. Si no eres contable tienes que saber al menos lo que es el activo y el pasivo o tu cuenta de explotación. Y si no eres abogado le pides al que te formule tus contratos o tus condiciones de uso o cualquier documento legal que te lo explique.
Los proyectos pueden naufragar, pero la experiencia y lo que aprendas va contigo así que siempre merece la pena aprender cuanto más, mejor.
¿Qué más incluiríais en esta lista?