Es bastante común pensar en jóvenes recién salidos de la universidad cuando hablamos de emprendedores pero también existe una generación de emprendedores de mayor edad. Una generación que por diferentes motivos ha empezado a desarrollar sus ideas de negocio y a lograr el éxito empresarial tras años de trabajar para otras empresas.
Para muchos empresarios, el paso a montar su propia empresa ha sido motivado por la crisis actual y los despidos, pero para otros la inquietud empresarial ha marcado su aventura. En ambos casos se trata de emprendedores que han decidido reinventarse más allá de los 40 con un objetivo múltiple.
Por un lado, demostrar que con más de 40 años también se puede comenzar una nueva vida profesional con éxito. Por otro, obviamente, seguir mejorando profesionalmente en un momento en el que el trabajo por cuenta ajena es escaso y mal pagado.
Lo más importante es tener claro que la edad no es determinante para el éxito, porque existen ejemplos de emprendedores jóvenes que han desarrollado grandes negocios, pero generalmente la experiencia sí tiene un peso importante, y en eso ganan los emprendedores más mayores. No hay que desanimarse por la edad, sino aprovecharse de ella: los empresarios de edad avanzada son más propensos a tener una larga historia profesional, así como mayor experiencia para obtener los préstamos para empezar. La edad es por tanto un valor positivo que suma experiencia y visión al negocio.
Otro de los aspectos positivos de emprender cuando se es más mayor es que se tiene la oportunidad de hacer lo que realmente te hace feliz: en ocasiones la inercia y las circunstancias de la vida nos llevan a colocarnos en empleos que no nos hacen felices.
Los hobbies y verdaderas vocaciones quedan muchas veces relegadas a las obligaciones familiares y financieras y dejamos atrás lo que verdaderamente nos gusta. Por eso, cuando queremos emprender un negocio por nuestra cuenta, con la experiencoa de los años, tenemos frente a nosotros la oportunidad de volver a empezar y cumplir nuestros sueños.
Aunque muchos de los grandes empresarios del mundo se han iniciado en los negocios muy jóvenes, algunos emprendedores han demostrado que para iniciar un proyecto exitoso no hay límites de edad.