¿Te imaginas poder acudir a la biblioteca de tu barrio para conocer a otros emprendedores, asistir a un taller de metodología canvas, buscar la información que necesitas para completar tu plan de negocio o incluso empezar a trabajar en tu empresa?
Pues esto empieza a ser una realidad al otro lado del Atlántico; cada vez más bibliotecas en Estados Unidos se están reinventando para dar cabida a los futuros empresarios en sus instalaciones.
Fue en una ponencia impartida hace un par de meses en Madrid Emprende por uno de los responsables de la Brooklyn Public Library donde tomé conocimiento de este fenómeno. Se trata de una noción de biblioteca como espacio de promoción empresarial totalmente novedosa para nosotros, pero que goza ya de cierta tradición en aquellas latitudes.
Y es que, ante el imparable avance de la cultura emprendedora en los últimos años, muchas ciudades norteamericanas, guiadas por el pragmatismo que caracteriza a esa sociedad, han optado por abrir y adaptar las bibliotecas públicas a las startups como alternativa o complemento a la creación de incubadoras y otras infraestructuras de apoyo a la creación de empresas.
Es una medida muy interesante, especialmente en los tiempos que vivimos de crisis y fervor por el emprendimiento; estos espacios dedicados a la cultura ya están construidos y plenamente integrados en la vida de la comunidad, y es habitual que, salvo en épocas de exámenes, estén infrautilizados. A esto hay que añadir que no se trata de un tipo de servicio público tan diferente como uno puede pensar a priori ¿acaso no son conocimientos y espacio físico lo que ofrecen las incubadoras?
Toda startup library posee una sección en la que se pueden encontrar, además de manuales al uso sobre gestión empresarial, un buen número de obras especializadas como biografías de grandes emprendedores y casos de éxito, libros de motivación, guías para crear empresas, revistas sectoriales etc.
Por otra parte, desde los ordenadores de estos centros se puede acceder a repertorios de empresas, bases de datos de estudios de mercado y otros materiales de business intelligence. Para un correcto funcionamiento de este servicio, los bibliotecarios reciben formación específica, de forma que pueden comprender y satisfacer las necesidades de información de este nuevo tipo de usuario tan diferente del habitual.
La oferta de apoyos de las startup libraries se suele completar con la organización de sesiones de formación y networking dirigidas a los empresarios y emprendedores de la zona.
En los últimos años, algunas bibliotecas han habilitado algunas salas como espacios de coworking, en los que cualquier equipo promotor puede instalarse temporalmente para trabajar en la puesta en marcha de la empresa. En este sentido, Brooklyn Public Library está preparándose para dar un paso más allá, pues gracias a la instalación de impresoras 3D se va a convertir en una suerte de FavLab.
Este modelo de biblioteca en el que conviven en un mismo lugar la difusión del saber con la del espíritu emprendedor, y la actividad estudiantil con la actividad empresarial, choca de lleno con nuestra vetusta inclinación a sacralizar la cultura pensando que su conexión o proximidad con la actividad económica significa corromperla.
Pero lo cierto es que son realidades con sinergias naturales, como lo de demuestran las emergentes industrias creativas, y, ahora que existe conciencia de la importancia de divulgar el emprendimiento en la sociedad, creo que habilitar los espacios públicos más cercanos al ciudadano para que actúen como semilleros de empresas podría ser una posibilidad que las instituciones deberían tener muy en cuenta.
Si te interesa este tema, aquí tienes más información acerca de las bibliotecas emprendedoras.