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Lecciones aprendidas del cierre de una Startup

La noticia podía leerse ayer miércoles en la prensa digital: la empresa Doocuments, de mi amigo Carlos Polo, echa el cierre.

Tanto la entrevista a Carlos de El Confidencial como el artículo que colgó en su blog son de obligada lectura para cualquier emprendedor. Yo aquí comentaré unas cuantas citas que me parecen relevantes. Algunas de ellas se refieren a temas que ya he tratado en este mismo lugar o en mi blog personal, pero todas tienen la mayor importancia.

“Hemos cometido muchos errores en Doocuments”: hay que ser un gran empresario (no digo emprendedor) para asumir que los errores propios son los que peores consecuencias tienen. Buscar culpas fuera de nuestro ámbito de decisión evita que saquemos las lecciones que nos ofrece la experiencia.

Yo mismo he perdido dinero en alguna aventura emprendedora, y me llamo idiota cada día por ello. Pero además de hacerlo procuro ver qué salió mal. Sé que siempre cometeré errores, pero al menos que no sean los mismos.

Cuando el error más importante es la sobrevaloración del problema que tu tecnología resuelve, es necesario mucho dinero para pivotar y cambiar de dirección”: hablé hace un tiempo de la diferencia entre “mercado” y “demanda”.

Con esta frase, Carlos Polo resume con precisión todo lo que yo expliqué torpemente en aquel artículo. Estamos en el negocio para vender, y venderemos si el cliente que sufre el problema que tratamos está dispuesto a pagar por ello. Repito: pagar con ello. Las declaraciones de interés no te llevan a ningún lado. Son los billetes y las monedas las que mantienen con vida tu startup.

“Saber poner un stop-loss en el mundo emprendedor, demuestra madurez empresarial. Hay líneas rojas que no deben cruzarse”: Esto lo dicen muchos inversores, y cuando hablo de ello los emprendedores tuercen el gesto pensando que lógicamente el valor emocional que tiene una startup para su fundador nunca es compartido por alguien que sólo pone dinero.

Sin embargo el emprendedor también pone, a veces mucho, y al hacerlo está tomando una decisión financiera que debe someterse a las reglas financieras. Y una de las más importantes es saber cuándo hay que decir basta. Pasar esa línea roja nunca revierte una situación de caída, sino que aumenta los efectos de ésta.

El examen de conciencia es el requisito previo de la redención. Perdonarnos nuestros propios fracasos es posible, pero siempre después de analizar desapasionadamente qué ha ocurrido y cuál fue nuestra responsabilidad. De ahí se extraen las lecciones del fracaso.

Mucho ánimo a Carlos y su equipo, y el mayor de los éxitos para el futuro.

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