¿Qué hacer? suele ser, con frecuencia, la primera pregunta que nos hacemos cuando tratamos de dar los primeros pasos para la puesta en marcha de una iniciativa empresarial y en plandempresa lo sabemos perfectamente.
Sólo algunos privilegiados tienen muy clara la idea sobre la que desarrollar su negocio.
Lo más normal es que, antes de tomar la decisión de formalizar la nueva empresa, le demos muchas vueltas a la cabeza para tratar de establecer las bases sobre las que habrá de cimentarse, al menos según nuestras creencias, un negocio sólido y con perspectivas de futuro.
La ausencia de método, de procedimiento, para realizar esta reflexión de manera ordenada, es la principal característica de este proceso que nos hace consumir, muchas veces, una excesiva cantidad de tiempo y esfuerzos que, al final, nos llevan a ninguna parte.
Afortunadamente, hoy en día, gracias a que hay gente que lleva mucho tiempo trabajando sobre la forma en que enfocar una nueva actividad empresarial, contamos con métodos que ayudan de manera efectiva a acortar los plazos empleados en reflexionar y concebir con precisión las bases sobre las que pretendemos se asiente nuestro proyecto empresarial.
Los expertos en estos temas han llegado a ponerse de acuerdo en torno a un término que han definido como "Modelo de negocio" que recoge, en unas pocas líneas, los principios sobre los que se basa nuestro proyecto. De esta forma, lo que hace un modelo de negocio es describir, de manera razonada, cómo una organización crea, suministra y captura valor.
Uno de estos procedimientos para construir un modelo de negocio es el conocido como el método del lienzo que consiste en identificar y concretar, de manera ordenada, una serie de elementos clave sobre los que se habrá de soportar la posible viabilidad del proyecto.
La mejor forma de definir un modelo de negocio es a través de nueve bloques constructivos que muestran la lógica de cómo una empresa intenta hacer dinero y que son:
1. Segmentos de clientes, ya que una organización sirve uno o varios segmentos de clientes que deben estar claramente identificados.
2. Propuesta de valor, esto es qué problemas pretendemos solucionar a los clientes, o qué necesidades satisfacer, mediante nuestras proposiciones de valor.
3. Los canales, como forma de hacer llegar a los clientes nuestras proposiciones de valor, es decir la comunicación, la distribución y los canales de ventas que tenemos previsto emplear.
4. Relación con los clientes, entendida como la forma de conseguir clientes, retenerlos o incrementar sus compras.
5. Flujos de ingresos. Es la respuesta a la pregunta de cuánto está realmente dispuesto a pagar cada segmento de clientes por las proposiciones de valor ofrecidas con éxito.
6. Recursos clave. Son los activos requeridos para ofrecer y desarrollar los elementos anteriores y pueden ser físicos, financieros, intelectuales o humanos.
7. Actividades clave. Son aquellas a través de las que se ejecutan los recursos clave y son las acciones más importantes que la compañía debe incorporar para operar con éxito.
8. Aliados clave. Describe la red de proveedores y socios que conformarán el modelo de negocio en base a alianzas para optimizarlo, reducir riesgos o adquirir recursos.
9. Estructura de costes. Los elementos del modelo de negocio se traducen en la estructura de costes y deben describirse, por tanto, los costes necesarios para operar los del que estamos construyendo.
Con una reflexión ordenada sobre estos nueve componentes de nuestro modelo de negocio, estaremos en condiciones de concluir si lo que nos proponemos tiene la coherencia suficiente como para confiar razonablemente en que el éxito nos acompañe en el camino del desarrollo de nuestro proyecto empresarial o, cuando menos, que nos ayude a minimizar los riesgos inherentes a toda nueva actividad.