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Opciones sobre Acciones en Startups

Es muy común intentar utilizar las participaciones sociales (acciones) como incentivo o complemento laboral para vincular a parte de los colaboradores del proyecto.

Pero… esta decisión puede generar un buen problema si el plan de acciones no se ha diseñado adecuadamente y en más de un proyecto me he encontrado con la siguiente situación comentada por el emprendedor:

“Tenemos varios socios porque les dimos una pequeña participación en el proyecto cuando  comenzaron a trabajar con nosotros pero, bueno, lo dejaron hace tiempo y ya no están en la empresa. Pero tranquilo, que no hay ningún problema”.

“Que no hay ningún problema… ¡ja!, ¡Ja! y ¡JA! ”.

Esos pequeños accionistas, que ya no querían saber nada del proyecto, se pueden convertir en verdaderos rebeldes “tocapelotas” cuando aparece un inversor dispuesto a apostar por el proyecto. Y todo porque un inversor es sinónimo de pasta y, claro, más de uno se imagina que su pequeña participación puede convertirse en un futuro de palmeras y playa en las hermosas costas del Caribe Dominicano (a esto SÍ que lo denominaría un verdadero ejercicio de creatividad).

La motivación del trabajador, más aún en un proyecto startup, tiene mucho que ver con la ilusión de crear y de formar parte del proyecto. Pero también con el dinero, ¡claro!. Y si no lo hay al comenzar el proyecto pues se promete a futuro mediante dicha participación social o accionarial y, por tanto, se puede dar una situación en la que los emprendedores están acompañados en el “capital social” de uno, dos o más pequeños accionistas (generalmente con participaciones muy reducidas que pueden estar entre el 1%  y el 10%).

Evidentemente, si dichos colaboradores se van del proyecto lo "ideal" es que se reviertan las acciones a los emprendedores pero, claro, eso debe ocurrir en un "mundo ideal". La realidad es otra. Muchas veces todo se deja como estaba por pereza, por no incurrir en más gastos o simplemente porque sí.

Esto no ocurre si la forma de generar este incentivo es mediante un plan de Opciones sobre Acciones bien diseñado. Un diseño adecuado va a permitir:

Primero, que si el proyecto no es lo suficientemente atractivo y el colaborador se va de la empresa no habrá que incurrir en una serie de gastos para liquidar la participación cuando se han realizado las gestiones ante notario y ante el Regsitro Mercantil.

Segundo, porque… si se entregan las acciones al principio, ¿dónde está el incentivo?. El incentivo de ser socio ha de estar vinculado a los resultados del colaborador y no debe ser un comienzo sino un final.

Para conseguir ese objetivo lo más interesante es firmar un contrato privado (puede ser ante notario para darle más seguridad jurídica al empleado/colaborador) en el que se establecen unos plazos de tiempo, o bien, una serie de hitos que según se vayan cumpliendo van dando derecho al colaborador a adquirir o recibir una determinada participación del capital social.

Ejemplo 1. Bonus temporal. Durante un periodo de tres años se percibirán, ANUALMENTE, unos bonus por un determinado volumen de acciones según la valoración del proyecto en dichas fechas o momentos pero que SÓLO serán canjeables en acciones una vez finalizado el periodo completo de 3 años.

Ejemplo 2. Bonus por objetivos o Bonus productivo. Se establece un plan de resultados parciales sobre un proyecto global (con independencia del tiempo que conlleve) y se van generando esos bonus según se cumplan los objetivos. Esos bonus sólo se convertirán en una realidad efectiva cuando el proyecto global haya finalizado.

Así no habrá problemas si el colaborador se separa del proyecto tempranamente y conseguiremos mantener la zanahoria los suficientemente cerca pero sin llegar a entregarla hasta el final. Así funcionan muchas grandes y pequeñas empresas en Silicon Valley.

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