El término gamificación está cada vez mejor asentado en el vocabulario nacional. Pocos son los que desconocen que la gamificación es la aplicación de mecánicas y dinámicas del juego en ámbitos no lúdicos con el fin de obtener determinados objetivos.
Las empresas, las organizaciones, los gobiernos e incluso las familias en su día a día recurren a la gamificación con el fin de que esta técnica le ayude a conseguir determinados resultados.
La mayoría de las veces se acude a la gamificación como última alternativa, después de haber probados otras técnicas que se contabilizaron con fracasos.
Aunque el término gamificación cada vez nos sea más familiar, bien es cierto que han sido las grandes empresas las que han apostado fuerte, y por ende, invertido más en gamificar sus proyectos.
Así, muchas startups se sienten alejadas de un término que valoran como positivo pero del que desconocen sus beneficios a pequeña escala. La gamificación puede ayudar a las startups tanto o más que a las grandes compañías. Es importante que identifiquemos cómo y dónde:
1. Impulsa las conversiones
El uso de mecánicas de juego como los puntos, los badges o el uso de leaderboads multiplica de forma exponencial las posibilidades de que un usuario acabe efectuando una compra, dejando su email, registrándose en la web o simplemente solicitando información acerca de un producto o servicio.
2. Ayuda a fidelizar a clientes y consumidores potenciales
La gamificación será la encargada de ofrecer al consumidor potencial o al cliente un valor añadido. Muchas veces las personas se quejan y dicen eso de que “ya está todo inventado”; quizá sea cierto y la clave del éxito resida más en la forma de presentar un producto o servicio que en el producto en sí mismo.
El consumidor agradecerá que su relación con la marca se convierta en un juego, que le divierta, que sea algo más informal que la relación comercial tradicional. El consumidor comenzará a ver la marca como una marca amigable.
3. Mejora las relaciones en el entorno de trabajo
La gamificación ayuda a mejorar la relaciones en entornos laborales. El tomarse la vida como un juego ayuda, si no a liberar tensiones, sí a ver las cosas desde otra perspectiva; a restar importancia a problemas que no la tienen y a aprender a disfrutar realizando las pequeñas tarea cotidianas.