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8 lecciones del Papa Francisco I para las PYMEs y Emprendedores

Seguía estos días con algún interés el proceso de elección del nuevo Papa de la Iglesia Católica.

Resulta ciertamente difícil mantenerse al margen de tamaño acontecimiento en el que tradición y dogma se dan cita para ofrecer un acontecimiento único en el mundo que no deja a nadie indiferente.

Al margen de creencias religiosas y de los aspectos más estéticos del famoso Cónclave, mi reflexión pasaba de puntillas por la manera en que una organización tan compleja como la Iglesia ha sido capaz de mantener la tradición y el boato casi sin fisuras hasta nuestros días.

No deja de sorprenderme cómo fieles de todas partes del mundo acuden en masa a presenciar el evento y siguen con inusitada emoción cada paso que da la Curia.

Pero de repente se produjo un hecho que centró mi atención aún más: la aparición en escena de Francisco I. Tras escuchar sus primeras declaraciones en el balcón de San Pedro y en días posteriores mi interés se disparó hasta el extremo de leer cada noticia y ver cada informativo en que aparecía su Santidad.

He de decir que mi interés, lejos de lo estrictamente religioso, empezó a centrarse en la manera en que el nuevo Papa ha asumido el liderazgo de la Iglesia y cómo en pocos días ha dado verdaderas lecciones dignas de ser impartidas en cualquier escuela de negocios.

Los Desafíos de la Iglesia y de las PYME

Los desafíos a los que se enfrenta la Iglesia no son muy distintos de los que tienen ante sí miles de PYME en todo el mundo. Sin ser un experto en temas eclesiásticos, a la crisis organizativa y financiera que arrastra la Iglesia desde hace décadas se une la dificultad para lograr nuevas vocaciones sacerdotales y hacer llegar un mensaje renovado a los creyentes que cada día siente menos apego por acudir a las iglesias.

Todo esto resulta muy familiar si se compara con las dificultades que tiene cualquier comité de dirección o consejo de administración para motivar a la plantilla, mantener el equilibro en las cuentas y ser capaz de hacer llegar su mensaje a un mercado cada vez más competido.

Las Lecciones del Papa

Entonces, ¿cómo ha decidido enfrentarse a todas estas dificultades el nuevo Papa y qué ideas merece la pena subrayar para extraer lecciones de ellas?:

Lección nº1:

El Papa ha realizado junto al resto de líderes de la Iglesia un profundo proceso de reflexión que les ha llevado a identificar las causas de los problemas actuales de la organización y, entre todos, han elegido a un líder con capacidad para resolver dichos problemas. Llevar a cabo este proceso de reflexión estratégica es clave, más aún cuando las organizaciones necesitan adoptar medidas que hagan frente a importantes dificultades económicas o impuestas por el mercado.

Lección nº2:

El Papa ha utilizado en su análisis-diagnóstico un enfoque “fuera a dentro”, cambiando el tradicional análisis centrado en la organización “dentro a fuera” por otro centrado en el creyente. Esto le ha permitido transmitir un mensaje más próximo al sentimiento de los fieles que ha enardecido a las masas hasta el punto que muchos ya lo consideran un Papa revolucionario.

En realidad, cualquier organización que pretenda competir en el mercado con impulso renovado necesita centrar su atención en escuchar al cliente y trasladar sus mensajes a la propia estrategia empresarial.

Lección nº3:

El Papa ha reivindicado una vuelta a los mensajes y principios fundamentales que han hecho del cristianismo católico una de las confesiones más seguidas en todo el mundo, con más de 1.100 millones de fieles y alrededor del 17% de la población mundial.

El Papa ha abogado por una vuelta a la esencia del “cristianismo” y ha pedido a los cardenales que “tengan el valor de caminar con la cruz del señor (…) pues solo de esta forma la Iglesia saldrá adelante”. Esta lección pone de manifiesto lo importante que es para las organizaciones reorientar su misión cuando los resultados dejan de acompañar y refuerza el mensaje de que los líderes de la organización deben alinear su trabajo y responsabilidades con los objetivos de la organización.

Lección nº4:

El Papa ha reafirmado la importancia que tienen las personas para el futuro de la Iglesia, solicitando a sus líderes (los cardenales) que demuestren un comportamiento individual “irreprochable” y “caridad hacia los más necesitados”. Esta lección es bastante clara también: sin la convicción de las personas que dirigen la organización de que forman parte de una misión y comparten unos valores comunes, las organizaciones simplemente dejan de funcionar.

Lección nº5:

El Papa ha transmitido ánimo a los líderes de la Iglesia y les ha pedido que tengan “el valor de buscar nuevos métodos de evangelización”. Esto no puede más que recordarme la necesidad perentoria que tienen muchas organizaciones de buscar nuevas formas de hacer llegar sus productos y servicios al mercado y transmitir nuevas ideas al consumidor a través de los canales nuevos y los tradicionales.

Lección nº6:

El Papa ha renunciado desde el principio a mantener ciertos hábitos y costumbres como el uso de joyas, limusina oficial, etc. que, por ser superfluas y fruto de la tradición, sirven únicamente para separarle de la realidad y alejarle de los creyentes.

Esta situación es equiparable a los privilegios que con el tiempo han ido ganando determinados colectivos o funciones dentro de las organizaciones y que en nada se corresponde hoy con el valor que aportan al cliente, por lo que es necesario eliminarlos para continuar siendo competitivos.

Lección nº7:

El Papa ha abierto los brazos a que los creyentes tengan un papel más activo en la Iglesia y ha ofrecido un mensaje de “fraternidad” y “comunidad”. Si aplicamos estos mismos principios al mundo de las PYME el papel de los clientes como co-creadores de productos o servicios o participando en la toma de decisiones aún se encuentra en una fase muy temprana de desarrollo, pero constituye una fuente de ventajas competitivas claras para las PYME en el futuro.

Lección nº8:

El Papa ha pedido a los cardenales que “donen a los jóvenes su sabiduría de ancianos” cuando regresen a sus lugares de origen. Probablemente esta es la mejor garantía para que los valores que defiende la Iglesia perduren y se transmitan de padres a hijos.

La transferencia de conocimiento entre las organizaciones y sus clientes es una magnífica oportunidad para fidelizar al cliente y sirve para crear vínculos que vaya más allá de los meramente comerciales. Sin embargo está práctica se encuentra escasamente extendida entre las PYME y éstas prefieren dedicar sus esfuerzos a otras tareas a la larga más costosas.

Conclusión

La fórmula enunciada por Francisco I estos días es propia de los mejores líderes empresariales del mundo: una visión renovada de la Iglesia que vuelve a los principios básicos de su misión como base para transmitir un mensaje renovado a sus fieles a través de una organización motivada y centrada en el creyente.

Es significativo a mi modo de ver que el Papa haya hecho todas estas declaraciones exhibiendo  un profundo convencimiento, sin leer notas escritas, ni discursos preparados, y demostrando espontaneidad y solidez en todas sus manifestaciones.

Está por ver si el Papa tendrá las fuerzas suficientes para llevar a cabo su plan y, sobre todo, si cuenta con los recursos organizativos adecuados para llevarlo a cabo. Precisamente se dice que pudo ser la falta de apoyos y su menor capacidad de liderazgo lo que terminó provocando la renuncia del anterior Papa.

Y todo esto ha sucedido en sólo 48 horas desde su designación como Papa de la Iglesia. ¿Conoces algún otro líder social, político o empresarial que haya hecho semejante ejercicio de liderazgo en tan poco tiempo?.

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