Para emprender con éxito es necesario convertir una idea, o proyecto de emprendimiento social o comercial, en un producto o servicio, viable, para los inversores o patrocinantes de la iniciativa.
Esto se logra a través de un proceso de ensayo y error en el cual se identifican los siguientes hitos:
1. La validación temprana de la propuesta de valor, con clientes y usuarios potenciales. Como hemos mencionado en artículos anteriores (sobre los bloques de desarrollo a incluir en la comunicación, su organización y el proceso de síntesis requerido para el “pitch”) es necesario traducir los atributos de nuestra propuesta de valor en beneficios tangibles para clientes y usuarios
2. La incorporación de los cambios requeridos en la propuesta de valor en el modelo de negocio (lienzo) y estimar los impactos en el modelo de ingresos. En especial, en proyectos de un alto contenido tecnológico, se hace imprescindible evaluar la capacidad de generación de ingresos recurrentes o permanentes del modelo de negocio.
3. Antes de continuar con el ciclo de mejoras del producto, o servicio, es necesario validar que los cambios incorporados han surgido el efecto estimado. Para esto es siempre preferible considerar una prueba de lanzamiento inicial del producto o servicio, con el fin de probar el potencial de crecimiento del modelo en términos cualitativos (para proyectos de emprendimiento social) y cuantitativos (para los de negocio o comercial)
4. Una vez satisfechos con la viabilidad y robustez del modelo de negocio, incorporamos la posibilidad de replicarlo en el mercado internacional. Esta etapa requerirá de un ciclo de diseño, validación y ajuste adecuado a las necesidades, y los problemas a resolver, para los clientes y usuarios de estos nuevos mercados.
5. Finalmente incorporamos todos los elementos de la propuesta final, el plan comercial y sus estimados financieros en un plan de negocio. Éste servirá de base para la preparación del prospecto de inversión, o de patrocinio para iniciativas de carácter social
En la práctica estos hitos pasan por un ciclo de diseño, validación y ajuste, que requieren de mucho esfuerzo de planificación, organización y trabajo en equipo.
Al contrario, de lo que se puede inferir en las biografías de fundadores legendarios; innovar y emprender no es sólo un trabajo de genios, sino principalmente de incorporación de ideas disruptivas en procesos que requieren de mucho ensayo y error: los equipos de emprendimiento exitosos son aquellos que preservan su capital mediante ahorros en costos de desarrollo, y son capaces de acortar el ciclo de lanzamiento de productos y servicios,
En resumen, el esfuerzo del equipo emprendedor debe concentrarse, inicialmente, en la validación de la propuesta de valor en el mercado objetivo (a través de un MVP) y completar el diseño del modelo de negocio, para evaluar la viabilidad del plan comercial o la sostenibilidad de la propuesta social. Aquí decidimos si continuar, o, pivotar a una propuesta viable.
Una vez finalizado este ciclo, podemos iniciar la fase más ambiciosa: escalar el modelo local al ámbito internacional para elaborar un plan de negocio en el cual se incorporan los componentes necesarios para el diseño del prospecto de inversión.