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Venezuela: Cuándo comenzar a emprender

Cuándo es el momento para emprender

A los lectores, les propongo este tema con la intensión de apoyarme en sus opiniones para hacerle frente a esta pregunta que se me vuelto transcendental en los últimos años, como buscador de emprendimientos en serie.

La etapa productiva ya tiene varias orientaciones y definiciones disponibles a lo largo del planeta. En todo caso podemos decir que aproximadamente enmarcada entre los 19 años , edad mínima de término de la educación superior en carreras cortas y los 50 a 55 años, edad en la que se cumple el requisito para la jubilación.

Entonces es lógico pensar que las personas dediquen primero el tiempo a los procesos de ensayo y error para aprender a caminar a hablar a escribir a leer, en distintas lenguas, a las actividades deportivas o disciplinas como la música, la danza, la pintura. Un poco más tarde a los procesos de aprendizaje más elaborados de conocimientos específicos de la lengua, las matemáticas, la ciencia. Para finalmente aprender un qué hacer, una ciencia, un grupo de teorías ya de carácter formal que constituyen una mirada de la vida laboral, mediante un conocimiento formal.

Es después de todo estos diferentes procesos, que resulta “lógico” salir a buscar un medio para independizarse económicamente. Justo allí comienza a aparecer la duda que me asalta: no sería un buen primer momento para emprender?

Pero seguimos, entonces se busca un buen empleo, en una buena empresa, que nos enseñe mucho y en donde aprenderemos de buenos jefes y compañeros, a la que podamos dedicarle unos años para especializar y obtener experiencia específica. Hasta un día que nos vemos en la disyuntiva de un nuevo empleo, nuevo cargo u otra empresa. Otras vez la duda: no sería entonces este otro buen momento para comenzar a emprender?

De nuevo en el camino por la vida laboral, seguimos obteniendo reconocimientos, ascensos, mejores sueldos, comienzan a crecer las responsabilidades, la familia, la casa, la educación de los hijos, y la dependencia de nuestro trabajo comienza a hacerse ineludible.  Aparecen pensamientos de opciones diferentes, otros trabajos, nuevos niveles, las gerencias, las direcciones de empresa, en emprendedurismo corporativo para sobresalir y lograr mejoras económicas. Entonces aparece la duda otras vez: Será este el momento de emprender?

Luego ya estuvimos el mundo corporativo, estamos en otra etapa, en la que las corporaciones nos dieron experiencia, oportunidades, ascensos, nos beneficiamos de la relación y formamos a nuestras familia apoyados en nuestro trabajo y en esas relaciones laborales, pero nos toca el retiro. Entonces la duda aparece: será este el momento para emprender?

En el camino, se presentaron momentos en que el emprendimiento apareció como un pensamiento, el día que nos quedamos sin trabajo y el emprendimiento aparecía como una opción laboral. aquel día en que pensamos que el tiempo para la familia era poco y el emprendimiento era una opción para manejar mejor nuestro tiempo. En esa oportunidad en que sentimos que nuestra iniciativa y esfuerzo logramos desarrollar un magnifico negocio que no fue tan reconocido como esperamos. Simplemente el día que algún amigo nos comento de su idea y el proceso que estaba viviendo como emprendedor, con todas sus emociones, preocupaciones, éxitos y fracasos.

Lo cierto es que no importa en la etapa en que nos hagamos la pregunta, lo crítico se presenta en el momento en que decidamos ir por nuestro ideal a través de un emprendimiento. Es allí dónde nos damos cuenta que en todos nuestros procesos de aprendizaje y acumulación de experiencia, sea mucha o poca, nunca, nadie y en ninguna oportunidad tuvimos algo parecido a un aprendizaje para ser emprendedor.

Nadie nos enseño, en ningún curso nos dijeron que era ser emprendedor, nos enseñaron o aprendimos a administrar lo existente, pero no nos enseñaron a crear un negocios sin precedentes, a creer en eso que nadie cree, a dedicar más tiempo a lo que nos apasiona y no a lo que resulta racional. No nos enseñaron a ir en contra a las corrientes.

Un emprendedor se enfrenta a eso, a las negativas de opiniones, a comentarios como aquel de: “y te vas a salir de tu trabajo para algo que nadie ha hecho nunca?”, la pregunta nunca deja de tener algún calificativo de la posición del emprendedor, “estás loco”, “tu si eres valiente”, “que arriesgado”, o “también me gustaría a mi poder hacer lo mismo”.

Al parecer para aprender a emprender debemos experimentarlo, tal y como aprendimos a caminar. No nos enseñaron a caminar en un pizarrón hasta que estuvimos listos para salir a caminar sin tropiezos, aprendimos cayéndonos. Es más, no aprendimos nuestras profesiones en las aulas, aprendimos allí los conceptos, pero fue trabajando que aprendimos nuestra profesión.

Al decidirnos a emprender, estamos saliendo a aprender a emprender, entonces cuándo debemos hacer este proceso? Luego que nuestras responsabilidades como sujetos económicamente independientes nos obligan a tener un sueldo seguro?

La experiencia nos ha enseñado, a que si queremos ser gimnastas, nadadores, jugadores de ajedrez, hablar 5 idiomas, es mejor comenzar temprano y no tarde. Aplicará esto también al emprendedurismo?

Javier Martínez

Emprendedor Serial

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