Constantemente tomamos decisiones, tanto en la vida personal, como en la profesional. Muchas son sencillas: ¿ qué ropa me pongo hoy? ¿ voy en coche o en metro? y otras más complejas: ¿ me involucro en este proyecto? ¿monto mi propia empresa?.
Tomar una decisión siempre tiene un riesgo, lo cual a veces son sirve de barrera para no tomar ninguna decisión.
Por eso, conocer los errores más frecuentes nos puede permitir reducir o incluso frenar ese miedo a los riesgos y las incertidumbres.
1.-Tomar la decisión fuera de tiempo y de forma precipitada:
Si tenemos que tomar una decisión importante, es necesario cierta planificación. Es cierto que puede darse la situación de que haya que tomar la decisión de forma muy rápida pero aún con todo, es muy importante dedicarle un tiempo a valorarla, aunque sea un tiempo muy breve.
2.-Tomar la decisión sin haber tenido en cuenta todos los factores que influyen o al menos la mayor parte de ellos:
Por esto también es necesario planificar y pensar antes de tomar la decisión. Es cierto que no es lo mismo decidir montar tu propio negocio que decidir salir corriendo cuando hay un incendio, pero en ambos casos es necesario detenerse a pensar, bien para crear tu plan de empresa o bien para valorar cual es el mejor camino para escapar del fuego.
3.- Falta de imaginación y creatividad:
Es necesario meter estos dos ingredientes en cualquier decisión. ¿ Por qué? porque nos pueden ofrecer otras alternativas a la hora de tomar una decisión.
4.- Anticiparse a los problemas que puedan surgir:
Cuando se toma una decisión importante es necesario una fuerte dosis de optimismo. Pero el optimismo no está reñido con el realismo. Por lo cual es necesario hacer frente a los posibles problemas y contratiempos que nos podemos encontrar.
5.- Acomodarse a los patrones de siempre:
El típico "siempre lo hemos hecho así" . Es cierto que la experiencia es una buena consejera, pero también tenemos que reciclarla de vez en cuando...
6.- Olvidarnos del objetivo:
Cuando tomamos una decisión siempre iba encaminada a alcanzar un objetivo, pero no podemos pasarnos al extremo de planificar, organizar, pensar y re-pensar tanto en la decisión que vamos a tomar que nos olvidemos el objetivo principal.
7.- Tomar la decisión basándonos en el miedo:
El miedo es un mal consejero si no lo dominamos, El miedo deber servirnos para alertarnos de un posible problema, de una dificultad. Pero nada más. Si tomamos una decisión solo enfocada por el miedo, no será una buena decisión